Friday, November 27, 2009

Replicante 21: México hacia el futuro.



Ya está a la venta y en línea el número 21 de la revista Replicante, que está cumpliendo 5 años de vida.

Plumas atractivas, textos de gran interés. Habrá que leerla. Abajo pego el índice de contenidos.

Algo publiqué. Dejo el link, pero es mejor en papel. Siempre. Eso

http://www.revistareplicante.com/21/index.php?sk=art&nm=373

En la nueva edición de la revista cultural Replicante —que cumple cinco años— se aborda el tema “México hacia el futuro” desde las diversas perspectivas de conocidos analistas y escritores. En el editorial del número 21 la directora, Roberta Garza, escribe que “aparte de emigrar es poco lo que se puede hacer en un país en ruinas, donde los mecanismos de crecimiento ciudadano han sido acotados por el oportunismo o la indiferencia. Poco más que tratar de que el pasmo no nos invada del todo para pensar, escribir y tratar de entender cómo fue que llegamos a esto y cómo es que vamos a salir”. Esta preocupación es la que anima al historiador Ariel Ruiz Mondragón a preguntarle a siete especialistas su parecer sobre cómo podría evolucionar este país en veinte o cincuenta años. Le responden José Antonio Aguilar Rivera, Roger Bartra, Juan José Doñán, Luis González de Alba, Macario Schettino, Eduardo Valle y Heriberto Yépez.

El dossier continúa con proyecciones futuristas —“Un abrupto atardecer apocalíptico”, “Implosión mexicana” o “Seis pre-ficciones sobre México en 2060”, por ejemplo— de periodistas y académicos como Ernesto Priego, Martín Mora y Juan Carlos Núñez, entre otros, y las antiutopías literarias de Óscar Aparicio Castillo, Armando González Torres, Rafael Toriz, Héctor Villarreal y Naief Yehya, entre varios más, que especulan no solamente con aspectos políticos, económicos y sociales, sino también con lo que podría acontecer en los ámbitos de la ciencia y la cultura.

Como ya es costumbre, Jorge Aviña, ilustrador de El Libro Vaquero, aporta su punto de vista en “El Cómic Intelectual”, esta vez con “La suave patria”.

En la sección de “Apuntes y Crónicas” el periodista italiano Alberto Spiller narra las tragicómicas peripecias que le sucedieron en su primera visita a la Selva Lacandona poco después de la insurrección neozapatista; Fernanda Melchor reconstruye la historia del Quemado, un delincuente linchado por la comunidad de Playa Vicente, Veracruz; Joaquín Peón Íñiguez cuenta la biografía de Marcola, el personaje de ficción más truculento del Brasil contemporáneo, y a veinte años de la caída del Muro de Berlín Alicia Caldera y Kelly A.K. dan cuenta de la ciudad reunificada y revitalizada por la música, la cultura y las bicicletas. Además, crónicas sobre Nueva York, el nuevo cine de terror francés y el proyecto artístico landings.

El cómic “Los espantapájaros”, de las argentinas Muriel Frega y Carina Maguregui forma parte de la sección “Reseñas y Noticias”, en la que se abordan con crítico desparpajo las novedades literarias, musicales, cinematográficas y del mundo del teatro y de la danza.

En “El Folletón” se retoma la polémica sobre la censura a la reciente novela de Gabriel García Márquez y se indaga por primera vez en México en el mito de la relación entre John Fante y Charles Bukowski. Rubén Aguilar escribe sobre las “Siete características de la cultura política nacional” y Marco Gutiérrez Durán trae a la memoria la última obra de J.G. Ballard.

Contenido de esta edición:

Portada de Brenda Solís
Gráfica de Kelly A.K., Richard Avedon, Alicia Caldera, José Luis Cuevas, Eko, Gilberto Escayola, Alex Garrick, Jofras, Orlando López, Gonzalo Martínez, Yasser Musa, José Clemente Orozco, Soid Pastrana, Frederik Peteers, Diego Rivera, Rubén Sassano, Chema Skandal, Héctor Villarreal

RESEÑAS Y NOTICIAS
4 a 32 LIBROS Y AUTORES: Contra el libro de texto / Nota(n) roja, de Marco Lara Klahr y Francesc Barata / Para leer a Sartori, de José Ramón López Rubí Calderón (coord.) / Leyenda Morgan (cinco casos de sensacional policiaco), de Jaime Muñoz Vargas / El último lector, de David Toscana / Cena entre chacales, de Said Estrella /Una isla sin mar, de César Silva Márquez / Cuaderno de los sueños, Manuel Iris / Desmitificando a Bolaño: el publicista y el escritor / Gasolina, de Quim Monzó /¡Cuba, Cuba!, de Ruben Cortés / Road Story, de Alberto Fuguet y Gonzalo Martínez /Memorias de un amante sarnoso, de Groucho Marx / David Foster Wallace: doble suicidio / El estudio adecuado de la humanidad, de Isaiah Berlin / Los bárbaros, de Alessandro Baricco / En la carretera, de Jack Kerouac / La pantalla global, de Gilles Lipovetsky y Jean Serroy / The Monster Show: A Cultural History of Horror, de David J. Skal / Buzón Hache: novedades en inglés, por Heriberto Yépez CINE La vida loca de Christian Poveda / La suerte de la fea: Megan Fox / Synecdoche, New York, de Charlie Kaufmann / Ghost in the Shell, de Mamoru Oshii TEATRO Luis de Tavira: ser visto como un dios LITERATURA GRÁFICA Las novedades, por Blumpi CÓMIC “Los espantapájaros”, de Carina Maguregui y Muriel Frega MÚSICA Behind every Mask, de Sleeper / Farm, de Dinosaur Jr. / 11:11, de Rodrigo y Gabriela / Prosa Sonora, de Javier Fernández DANZA El fin: Ballet Teatro del Espacio

APUNTES Y CRÓNICAS
34 El día que se hizo tarde para todos Vanesa Robles
35 Saliva en el cielo. Crónica argentina de la gripe A Mario Sandoval
36 Un hombre rubio y barbado en la Selva Lacandona Alberto Spiller
39 Escritores Juan Carlos Gallegos
40 Tiras cómicas Gilberto Escayola
41 El documento Marcola Joaquín Peón Íñiguez
44 El corrido del quemado Fernanda Melchor
46 Berlín, la capital reunificada a través de los clubes Alicia Caldera
47 Berlin calling Kelly A.K.
49 Réquiem por Nueva York Alexis Romay
51 El show del horror de Ricky (Gervais) Eduardo Huchín Sosa
54 ¿Nouvelle horreur vague? El nuevo cine de terror francés Rodolfo JM
55 La salud de los cerdos Camila Krauss
56 El antídoto landings Marisol Rodríguez

PENSAMIENTO Y REFLEXIÓN
58 El comic intelectual, “Suave patria” Jorge Aviña y Héctor Villarreal
60 Pensar e imaginar. México hacia el futuro Entrevistas de Ariel Mondragón a José Antonio Aguilar Rivera, Roger Bartra, Juan José Doñán, Luis González de Alba, Macario Schettino, Eduardo Valle y Heriberto Yépez
64 Un abrupto atardecer apocalíptico Manuel Guillén
66 Paso a pasito Ernesto Priego
68 Implosión mexicana Martín Mora
70 Directo hacia el fracaso Eugenio Arriaga
72 Seis pre-ficciones sobre México en 2060 Juan Carlos Núñez Bustillos
74 Noticias del futuro. Otro México fue posible Héctor Villarreal
78 Noticias del futuro. Reporte internacional Óscar Aparicio Castillo
82 México: los años tempestuosos Naief Yehya
86 El arte del cambio inadvertido Nayar Rivera
88 Necrológica mexicana Rafael Toriz
90 Las letras mexicanas en el 2040 Salvador García
91 Año 2050. No más laureles para Virgilio Armando González Torres
92 Un futuro de caricatura Hugo Hernández Valdivia
94 La ciencia en México en el siglo XIX Claudina Domingo
95 Obra negra Alberto Allende-Montesinos
96 La revolución de Balderas Jesús Manuel Lomelí
97 Videopredicadores. Intelevisos o telectuales Héctor Villarreal

EL FOLLETÓN
102 Siete características de la cultura política nacional Rubén Aguilar Valenzuela
103 Los niños bien, de Fernando Nachón, en el contexto de la literatura posmodernista Ilia Alvarado Sizzo
108 J.G. Ballard. Milagros de vida o el lenguaje de la disección de los vestigiosMarco Gutiérrez Durán
111 Futuro del novelista mexicano consagrado en el exterior Adrián Curiel Rivera
113 La increíble y triste historia del guión desconocido y sus censores desalmados Guadalupe Beatriz Aldaco
114 El mito de Bukowski y Fante Daniel Herrera

Además, otros contenidos que no se incluyen en la edición impresa en www.revistareplicante.com

Replicante también tiene un blog: http://revistareplicante.wordpress.com, en el cual los colaboradores abundan sobre noticias y textos de actualidad.

La edición impresa se vende en las tiendas Sanborns, las librerías Gandhi, Fondo de Cultura Económica, Educal Libros y Arte y otros puntos de venta en todo el país. En Tijuana: Librería Sor Juana (www.tijuanalibros.com) y Librerías El Día. En Guadalajara: puesto de periódicos de Av. Américas y Morelos; Librería México y Cafetería El Sorbo (Plaza del Sol); Magazine Depot (Plaza Arboledas); Librería Ítaca (Marsella y López Cotilla).

Wednesday, November 11, 2009

Trazo heroico


"Tienes que establecer el horizonte. Tienes que trazar una marca en el blanco. Un acto bastante simple, podrás decir, pero cualquier acto que rehace el mundo es heroico. O así lo había llegado a creer".

Duma Key
Stephen King

Sunday, November 01, 2009

Pro Ópera noviembre-diciembre 09


Salió la revista Pro Ópera, edición noviembre diciembre de 2009.

Ya puede comprarse en papel o checarse en línea.

www.proopera.org.mx

Sunday, October 04, 2009

La condenación de Fausto en la Neza

FUENTE: conferencia de prensa y ensayo general: A.L. y F.S./Conaculta

La condenación de Fausto en la Sala Nezahualcóyotl
x José Noé Mercado



1
No es el secreto mejor guardado en México que ocurrencias, caprichos e intereses particulares han servido a los directivos de la Compañía Nacional de Ópera como guía para definir su programación desde hace ya mucho tiempo. Con Alonso Escalante a la cabeza de la institución, el sistema no parece ser muy distinto.

2
La creación y retención de públicos, el armado de un repertorio de títulos básicos que nutren a cualquier compañía del mundo por modesta que sea —puesto que en el país no lo tenemos—, el aprovechamiento del talento nacional —compositores, cantantes, directores, creativos— que clama por la oportunidad de expresarse, las producciones y coproducciones pensadas para reponerse en diversas plazas y así aminorar el impacto de sus gastos y elevar el número de funciones, todo lo cual podría traducirse en un posible incremento de la calidad presentada, hoy no son criterios que influyan en la CNO para armar su temporada lírica.

Y quizás sea ésa la razón que explica por qué la Compañía Nacional de Ópera —que pretendidamente intenta pasar por Ópera de Bellas Artes— perdiera su lugar preponderante en la producción y presentación de ópera en México. Numerosos estados de la república a través de sus institutos de cultura y universidades, la iniciativa privada, asociaciones civiles: cualquier esfuerzo —incluso mediano— por hacer ópera, la han dejado atrás. Rezagada y en evidencia de su burocratismo inoperante, incapaz de modernizarse y responder a las necesidades actuales del país.



3
La condenación de Fausto, leyenda dramática en cuatro partes de Hector Berlioz, estrenada en su versión original de concierto en Francia, en 1846, y en una escenificable en 1893, se presentó los pasados 27 de septiembre y 1 de octubre, en la Sala Nezahualcóyotl de Centro Cultural Universitario, como parte de la Temporada 2009 de la CNO. Para este par de funciones, se optó por la versión de concierto que por las condiciones de hambruna operística no la hacen la más deseable para el público.

4
La selección de este título fáustico es posible entenderla girando en torno a una sola persona. A un cantante sin duda destacado y de credenciales artísticas irreprochables: el tenor Ramón Vargas, otrora representado en México por el hoy director de la CNO Alonso Escalante.

El año pasado, aún con la administración de José Areán, ocurrió algo parecido con la presentación de Eugene Oneguin. Aunque se programó por él, en ese entonces el maestro Vargas decidió cancelar y dejarnos a la CNO y al público que deseábamos ver su aclamada interpretación de Lensky con la mesa servida, acaso con razones contundentes pues por lo visto la producción fue poco menos que mediocre y en todo caso muy distinta de la que le habían hablado.

Ahora, dentro de algunas semanas, Ramón Vargas, como parte de sus importantes compromisos internacionales, participará en La condenación de Fausto en la Metropolitan Opera de Nueva York y es de suponer que no le venía mal ensayarla aquí, con coro, orquesta, demás solistas, incluso en una sala donde el público lo ovacionó desde que salió al escenario.

Sin siquiera poner en duda el nivel artístico de sobra demostrado por Ramón Vargas a lo largo de sus 27 años de carrera profesional, dos preguntas más bien hacia la CNO:

1.- ¿Debemos asumir que en su operación es prioritario el beneficio particular que determinar políticas públicas de bien común?

2.- ¿A quién más está dispuesta a brindar privilegios tales como servir de sparring? ¿De disponer un encuentro para pelotear, para soltar las piernas, para un partido amistoso?


5
La voz de Ramón Vargas es aterciopelada, cálida, de un timbre muy bello y emitida con depurada técnica y control. Su dicción del francés les pareció meritoria incluso a varios franceses que estuvieron presentes en la Sala Nezahualcóyotl en este par de funciones. No obstante, la orquestación berlioziana resulta demasiado densa para sus características vocales, para su volumen, su potencia, incluso por momentos para su color. El resultado fue que su instrumento no se alcanzaba a escuchar del todo y de hecho se perdía en los números de conjunto.

Consciente de ello, en el transcurso de la ejecución Vargas pareció no inseguro pero sí estar probando diferentes recursos como colorear pasajes de distinta manera, medir frases, encontrando ventanas orquestales por las cuales asomar la voz, dando mayor fuelle a su volumen, en suma, tanteando la obra. Más precavido que entregado. Como alguien que está en una casa vacía y piensa dónde colocar la sala, dónde el televisor, en qué pared algunos cuadros, en qué habitación la cama.

6
La mezzoprano albanesa Enkelejda Shkosa cumplió con una destacada intervención en el rol de Margarita. Su voz se proyectó de entre la música con firmeza y se ajustó en estilo e interpretación de su papel.

El bajo-barítono español Rubén Amoretti hizo un Mefistófeles de gran personalidad vocal. Con una técnica que cubre la emisión de su voz para darle oscuridad y uniformidad en todo su registro, y haciéndola elegante y misteriosa a la vez. Los ataques de su fraseo fueron en ocasiones algo guturales para sonar con el color oscuro que quizás no tenía del todo cuando cantaba de tenor, al inicio de su carrera.

El barítono Jorge Lagunes cantó el breve rol de Brander y no lo hizo mal.

7
“Griten, griten de terror, griten como un huracán, giman como un bosque profundo, que las rocas caigan y los torrentes se precipiten, griten de miedo porque en este instante ven pasar por el aire los caballos negros, las campanas se apagan, el sol se extingue, los perros gimen, el diablo se ha adueñado del mundo (…) Dense cuenta, están cantando el Fausto de Berlioz, no para gustar, no para impresionar, ni siquiera para emocionar; lo están cantando para espantar: ustedes son un coro de aves de pésimo agüero (…) ¡Griten!, griten al mismo tiempo su terror y su agresión, defiéndanse, el diablo no es uno solo, ése es su engaño, posa como Mefisto pero el diablo es colectivo, el diablo es un nosotros inmisericorde, una hidra que desconoce la piedad o el límite…”.

Las anteriores, son algunas de las palabras con las que el director de orquesta Gabriel Atlán-Ferrara preparaba para La condenación de Fausto a sus huestes corales y orquestales en Instinto de Inez, la novela de Carlos Fuentes.

Si consideramos esa directriz en La condenación de Fausto de la Sala Nezahualcóyotl, la Schola Cantorum de México, el Coro y la Orquesta del Coro del Teatro de Bellas Artes bajo la batuta concertadora de Ivan Anguélov cumplieron con una labor extraordinaria.

Salvo en un pasaje que curiosamente habla de dormir, el sonido fue demoníaco, sin matices ni pianos. Con todos los solistas y agrupaciones arriba del escenario, saturó incluso la Nezahualcóyotl. Aunque ni así despertaron a los numerosos integrantes del público que tomaban la siesta a mi alrededor.


8
Siempre será un privilegio que estrellas como Ramón Vargas canten en los recintos de nuestro país. Pero no necesariamente en estas condiciones en que se viene a foguear —que es muy distinto de debutar— un papel, no en una versión de concierto que no es lo más apetecible para la ópera como género, no en un contexto operístico de sequía como el que encabeza la CNO, en el que las oportunidades y ventajas que se le dan a las figuras consagradas se le escatiman a los jóvenes, tal como según su propio testimonio le ocurrió a Ramón Vargas en sus inicios, en México, hasta que mejor se marchó del país:

“Yo me fui con la misma tristeza que nos vamos todos aquellos mexicanos que buscamos oportunidades. No me marché para crecer, como debió haber sido, sino para buscar las oportunidades que aquí nunca me ofrecieron. Es muy distinto salir porque quieres desarrollarte y enriquecerte profesionalmente, a irte por necesidad (…) De verdad es una situación desesperante y que, a veces, te hace perder el equilibrio” (Pro Ópera año XI, número 4, julio-agosto de 2003).

Vargas se fue, triunfó y se equilibró en un camino trascendente de la lírica. Pero muchos otros se quedan, pierden el equilibrio y caen en el olvido, en la frustración. Desde luego eso no es responsabilidad más que de una estructura lírica nacional que no identifica sus talentos ni los procura ni desarrolla. Que no acaba de entender que hay acciones honestas pero inmorales, como diría Gabriel García Márquez en Entre cachacos. Y mientras todo eso siga ocurriendo, como hasta ahora, no se condena Fausto, nos condenamos todos los operófagos y no tendremos una Compañía Nacional de Ópera ni ópera escalante, sino descendente. En picada. Llegando tal vez al averno, que quizás es algo mucho más terrible que sólo no tener ni la esperanza de escuchar Las bodas de Fígaro.

Friday, October 02, 2009

Hacia la maestría



A partir de este 3 de octubre de 2mil 9 estaré en camino para obtener un posgrado.

Estudiaré una maestría en Periodismo político. Alguien me dijo que siempre es mejor tener un grado que no tenerlo, y quizás sea cierto.

Veamos cómo se desarrolla el curso de esta nueva travesía. Pronto lo descubriré.

Friday, September 11, 2009

La materia del deseo

"Los miré con extrañeza. Yasemin y Joaquín debían haber estado allí conmigo; ellos eran más afines a mi mundo actual. Me hice el que los escuchaba, la sonrisa estudiada y todo, pero en realidad miraba los cuerpos de dieciocho o diecinueve que me rodeaban, y que caminaban despreocupados en la penumbra, a veces moviéndose al ritmo de la música, enfundados en vestidos ligeros, o con jeans al borde del estallido, y los rostros de líneas todavía no solidificadas, excesivos en maquillaje, el deseo en la mirada. Los cuerpos de dieciocho o diecinueve a los cuales cada vez tenía menos derecho; me iba alejando de ellos aunque lo negara, o tal vez ellos se alejaban de mí; pronto llegaría el día en que buscarlos me estaría legalmente vedado, o sería una de esas aberraciones por las que más de un hombre ha sido condenado sin juicio por sus pares, y que hay que hacer en la oscuridad y en secreto, a espaldas del mundo, como se hace la mayoría de los actos, hay pocos que la gente permite y aplaude".



"Esta ciudad ya no es mía. Soy un extraño, un extranjero en ella. Me ha dejado atrás, incapaz de abarcarla, y va sin mí camino a su futuro de esplendores y desgracias. Nunca clausuré del todo los planes de volver algún día de manera definitiva, pero me las ingenié para buscar excusas que postergaran el regreso. Como un espejismo alejándose continuamente en el horizonte, Río Fugitivo está a mi alcance y siempre retrocede. Yo hago retroceder a la ciudad, temeroso de volver a ella; o acaso la ciudad a la que quiero volver es solo una y no está más, la dejé el día que partí por vez primera".


La materia del deseo
Edmundo Paz Soldán

Wednesday, September 02, 2009

Pro Ópera septiembre - octubre 2009

La edición septiembre - octubre 2009 de la revista Pro Ópera ya está disponible.

Mío se encontrará Ópera en México - México en el Mundo, un par de textos (Elisir en Cd. Juarez, Viuda en Culiacán) en Ópera en los Estados, crítica Muerte en Venecia en el Julio Castillo, y una especie de detrás de... Don Pasquale en la Covarrubias, que incluye entrevistas con gente de pantalón largo de esta producción: Xavier Torresarpi, Irma Cavia, Ignacio Orendain, Luis Gutiérrez Ruvalcaba, José Antonio Morales, Rosa Blanes Rex, Arturo Rodríguez y Rodrigo Macías, que complementan las entrevistas con el elenco que fueron publicadas en el número anterior de la revista.

Y en línea vienen una conversación con la soprano Bertha Granados y una entrevista más detallada con Arturo Rodríguez sobre su carrera y su faceta como docente de canto.

Y por supuesto hay mucho más que leer de diversas plumas: http://www.proopera.org.mx/

Sunday, August 16, 2009

Cinépata: cine fuera del cine


Hace unos días publiqué este artículo en el suplemento La Plaza -que edita Manuel Lino-, del periódico El Economista. Luego Boletín Informativo de Chile sacó otra edición. Ahora lo coloco en versión director´s cut.

Cinépata: cine fuera del cine
x José Noé Mercado


Sin duda, la forma de ver cine ha cambiado.

En buena medida, el lugar y la plataforma donde uno ve películas, también se han modificado. Entre otras razones, por la tecnología contemporánea y la mezcla de necesidad y posibilidad de no ceñirse a una cartelera impuesta por las grandes distribuidoras y cadenas cinematográficas.

Hoy un cinesifilítico, para usar el término setentero acuñado por el colombiano Andrés Caicedo, tiene la oportunidad de ver lo que quiere y necesita. Cuando, donde y a la hora que desea. Incluso desplazándose en una pantalla que no se queda fija en un mismo sitio durante la función, gracias a dispositivos móviles que reproducen video.

Y ahora el cine igual se consigue en lugares antes no necesariamente cinéfilos. En la red, en los puestos piratas fuera del metro o con surtidores audiovisuales especializados que le consiguen a uno todo. O casi. Y sin desembolsar mucho que digamos, porque si bien la piratería es un delito, la sociedad no la percibe como tal. La tolera y, de hecho, la práctica a plena luz del día aunque sea a nivel particular como parte de su cultura. Basta echar una mirada en casa o en la oficina y se encontrará, sin duda, copias de la nueva temporada de True Blood, el Final Cut Studio, o una película que aún no se estrena en el país. O algo parecido. Esa lucha, al menos en términos de combate tradicional (operativos, decomisos, persecuciones virtuales), irremediablemente la está perdiendo la autoridad y la industria. Así nos tocó vivir.

En esta vertiente, también la manera de ofrecer cine, de hacerlo, de financiarlo, tendría que ajustarse a la realidad contemporánea, digital y cibernética. Aquí, en este escenario, es donde la visión siempre pionera en tiempos de cambio y la cinepatía del escritor y director chileno, Alberto Fuguet, cobran relevancia sustancial.

Para muestra, Cinépata (www.cinepata.com): la página que Alberto Fuguet puso en funcionamiento a partir del 28 de mayo para descargar contenidos de manera gratuita y lícita, puesto que el material que ahí se encuentra y el que se irá agregando es pensado o cedido por sus autores especialmente para el sitio.

En la etapa de lanzamiento se puso a disposición de los cinépatas el largometraje Tanto tiempo de Claudio Polgati en estreno mundial, los cortos Matías va a terapia y Dos horas del propio Fuguet, además de varios videoclips que el narrador chileno ha dirigido, entre ellos Ruinas de Shogún, Máquinas de Teleradio Donoso o Esquemas juveniles de Javiera Mena, en sus versiones A y B.

Para este mes de agosto, se han sumado los largos Como un avión estrellado del argentino Ezequiel Acuña, quien igual aporta su clip La gota, Lo que soñó Sebastián del escritor y ahora debutante cineasta guatemalteco Rodrigo Rey Rosa y La represa del chileno Rodrigo Salinas, así como el corto Agarrando pueblo de Luis Ospina y Carlos Mayolo, el experimental Silence del colombiano Aldo Paternostro y el documental Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos, también de Ospina.




Cinépata es, hay que decirlo, una gran idea. A alguien se le tenía que ocurrir una opción así, que apuesta por algo distinto y que, en el fondo, sí es una opción. Porque mediante unos cuantos clicks, se pueden descargar para siempre, nada de fechas de vencimiento, los contenidos en formato para celular, iPod, PSP, para la computadora o bien para quemarlos directamente a un DVD y tirarse a verlos en televisión o incluso, pantalla HD. Y, por si fuera poco, hay materiales extra para los verdaderos cinéfagos, como trailers, fotografías o los guiones de las películas.

Cinépata, por cierto, no es YouTube o algún sitio de concentración masiva e indiscriminada de películas o videos. El portal tiene sede en Santiago de Chile —lo que ciertamente alenta la descarga desde fuera, algo que podría mejorarse, más si se opta por un formato de alta calidad—, pero el catálogo de títulos será latinoamericano. Y aunque la página, como la red, tiene en potencia un alcance mundial, hay una estética pretendida que se convertirá en una ética distintiva. En una moral. En una forma compartida, aunque variada, de entender el mundo. De asumirlo, a través de una pantalla cinematográfica. Que a fin de cuentas lo que busca, como todo arte, es conectar con sensibilidades compatibles.

Algo no menor es que Cinépata no busca lucrar. Algún tipo de donación, patrocinio o mecenazgo quizás se necesitará para mantenerse, pero es, más bien, puro amor al cine, pues no le cuesta nada a quien descarga contenidos, ni tampoco a quien desea poner ahí sus materiales. Aunque evidentemente cuenta, como control de calidad y afinidad a la idea del sitio, con un comité de valoración para las obras postuladas a formar parte del catálogo, se abre como una puerta para todos aquellos directores latinoamericanos que no han encontrado la oportunidad, la forma o los recursos para estrenar sus obras. O para quienes deseen mostrarlas ex profeso ahí, donde ya se contará con un público cautivo, interesado y numeroso.

Cinépata es una sala de cine que no exhibe, pero abastece. No tiene butacas ni está en un mall. No proyecta ¡Cácaro! o ¡Cojo! Pero es cine fuera del cine. Es cine de hoy, ojalá para perdurar. Aunque también es más que eso. El tiempo dirá más exactamente qué, igual que sus alcances. En todo caso, para los cinéfilos ahora ya es un dealer querible con todos los encantos y comodidades de lo pirata, pero en legal.

Friday, August 14, 2009

Ciudad Juárez: el traspatio del primer mundo


En el Boletín Informativo de Chile se publicó esta crónica. Allá la dividieron en dos partes: Primera entrega y segunda entrega. Aquí la dejo completa.


Ciudad Juárez: el traspatio del primer mundo
x José Noé Mercado



DOCE

No siempre se llega a un cuadro, a una fotografía, desde el aire.

Es raro.

Yo arribé en el vientre de un avión a una realidad que es imagen de una ciudad industrial y lúcida, amable y trabajadora, enclavada en los contrastes terrenales del tercer mundo, la violencia mafiosa y la indiferencia asesina serial de mujeres.

Ciudad Juárez, pensé, es un infierno y no sólo por el sofocante calor de más de 40 grados centígrados que marcaba el termómetro al salir de la aeronave. También lo es porque se trata de una urbe en la que no hay nada y que paradójicamente parece tenerlo todo. Hasta su propio cártel de narcotráfico. Es probable que la realidad sea a la inversa. Lo hay todo y parece no haber nada. Quizá el infierno es no saber si lo cierto es lo primero o lo segundo.

ONCE

No mentiré. Acá no hay reporteros heroicos.

El periodismo duro, el de opinión o investigación, en Ciudad Juárez no existe. Quién se atrevería a recibir el desquiciante dilema de ser silenciado: ¿plata o plomo?, que a final de cuentas es una moneda cuyo frente y reverso tienen la misma cara.

Por la parte literaria, desde 2666 éste es territorio Bolaño. Por aquí andan Pelletier, Amalfitano, Fate y como se sabe es probable que hasta Benno von Archimboldi haya venido para Santa Teresa. Así que agregar algo mucho tiene de oficioso.

O quizás no.

Los apuntes de un visitante deefeño también cuentan. Más porque hace unos días una amiga fan de Liz Norton, mis ojos en Santiago de Chile, incrédula y con horror me narraba por Messenger un reportaje que transmitían por Canal 13 sobre la violencia provocada por el narcotráfico en Ciudad Juárez. Incluso me mandó el link para ver el programa en vivo por Internet, pero no se pudo abrir. Allá o en México alguien se ocupó de bloquear la señal.

La fan de Liz igual me pidió que le contara si toda esa violencia extrema que veía en la pantalla —un hombre con cabeza de un chancho muerto provocando a otro cártel, tiroteados, aceras ensangrentadas, policías y periodistas atemorizados fue lo que más le impresionó—, era un montaje o irreal.

Ojalá fuera una pesadilla, le dije. Pero no. En Ciudad Juárez nadie duerme. Al menos no tranquilo. Porque camarón que se duerme, se lo carga la Chingada.


DIEZ

Antes de salir del aeropuerto hay que pasar revisión con unos milicos, de los muchos que patrullan la ciudad. Espero turno y observo a una mujer de unos 40 años y de muy atractivo cuerpo que venía en mi vuelo con un ranchero malencarado, que sospeché que era narco. O que parecía interesado en dejar esa impresión. Traía un sombrero Saucedo, camisa tipo Mario Almada: con costuras y adornos de lujo, vaqueros y botas de fantasía. Obvio, ostentaba gruesas cadenas de oro, anillos con pedrería y bigote y pelo en pecho, negros. No le faltaban sus Ray-Ban. Ambos fueron mis compañeros de asiento durante los primeros minutos de viaje. Luego se pasaron a unos lugares vacíos que había adelante, a la altura de las alas. Al bajar él echó bronca, leve: nada trágico, a otro pasajero quien le pedía que lo dejara pasar antes de que siguiera obstruyendo el paso al sacar su equipaje de mano.

El milico oficial Fuentes me preguntó mi nombre, se lo dije, y revisó mi valija y dio luz verde. Apenas salí a la calle sentí que alguien me aplastaba. Una mano gigantesca. La mano del calor desértico, ciega, inútil, yerta. Mucha gente traía puesta la verde. Cómo quedó México, pregunté al recordar que la selección de fútbol jugó un partido pre mundialista. ¿Calificó?, dije. No se sabe aún, me dijeron.

NUEVE

Rumbo al hotel.

Por un bulevar me doy cuenta de los comercios que hay en una zona que me hace recordar, de nuevo, películas infames de pistoleros fronterizos mexicanos emuladores de Clint Eastwood.

Hay restaurantes de comida rápida. Algunos centros comerciales. Fábricas. Hay demasiado cemento en el panorama. En cierta medida es como estar en un pueblo de USA aunque reproducido, para llevar. O en México, vaya, pero no del todo. El Paso, Texas, queda a cinco minutos. A un lado va el río Bravo. Hay anuncios en inglés. Poca gente en la calle. Busco que en algún negocio haya un letrero que diga Se habla español.

OCHO

Mi habitación es agradable a ratos. El clima artificial está al máximo y refresca, pero luego cala en los brazos y el rostro. Hay que apagarlo. Luego todo se acalora y hay que darle On.

La televisión no tiene mando a distancia. Tengo cama King-size. Al menos se puede fumar. Voy al restaurante y compruebo que las ensaladas no es lo bueno en las regiones del Paso del Norte. Alguien me sugiere carne. Un rib-eye o un filete mignon. Maravillosa diferencia. Salgo a explorar.

SIETE

Enciendo la ear-eye-snif-recorder.

Hay abandono en la ciudad. Vuelvo a observar poca gente en las banquetas, incluso en horas de la tarde y noche, cuando el calor ha disminuido, lo que no deja de ser un decir. Encuentro tonalidades de gris y tierra por todas partes. Las casas son de una o dos plantas, con patio delantero. Hay quietud. Calma. Me invade esa sensación de que ya lo he visto todo, pero la controlo. Paso delante de un terreno amplio que alberga una estructura metálica y roja mate. Está inacabada y huele a agua estancada. De ella provienen ruidos que puede ser lo mismo la vida de algún pájaro o de un perro o un animal rastrero de cuatro patas. No puedo evitar un pensamiento morboso: si tuviera el cuerpo de una mujer muerta, no me sería difícil deshacerme de él en este sitio en complicidad con la noche. O la madrugada. Me entero que la propiedad era de un narcotraficante. Lo agarró la tirana. Hoy está en venta. Sigo. Hay pequeños negocios cerrados, de tomas de fotografías para pasaportes, de gestoría de documentos de emigración. Miro uno tras otro locales vacíos. O abandonados, con las mercancías cubiertas de polvo. Parece que los locatarios tenían prisa por marcharse. Y adónde, me pregunto. No lo sé. Pero me da por especular. Pienso en los comercios del videojuego serial Silent Hill, porque a ratos uno se siente en un pueblo fantasma.

Voy a dar a una avenida llena de consultorios médicos y sanatorios. Salgo de ella, deseando no caer en uno de ellos. Camino y fumo. Una como autopista, que no lo es. Freno. No quiero ser atropellado. La opción es internarme en un barrio con suelo de tierra, descontando que tierra hay en todas partes, incluso en las superficies donde no debería haberla. Desde aquí se aprecia con nitidez el horizonte recortado por las siluetas inestables y angustiadas de las montañas. Hay un intento de jardín con árboles artríticos y muy probablemente en fase terminal donde no hay nadie y unos bancos de cemento.

A lo lejos distingo una bandada de perros que esperan a un camarada. Son más temerarios que yo y se disponen a cruzar lo que me pareció una autopista. Sigo mi camino. Oigo un rechinamiento de llantas. Volteo. La llanta delantera primero, luego la trasera, ambas del lado derecho de una camioneta blanca, pasan por el cuerpo que se revuelve de uno de los canes. Cierro los ojos, pero no tardo en abrirlos. No escasean los lotes a medio construir o de plano los predios baldíos, sin mayor atractivo que el que yo me empeño en encontrarles. Son como poemas mal escritos y por ello incomprendidos. Sudo. Cruzo aceras de un lado a otro. Es encantador perderse por calles y avenidas que uno jamás pensó que existieran y que de hecho desaparecerán inmediatamente después de que uno transite por ellas. No traje mapa. No creo necesitarlo. Una librería pequeña, cerrada. Husmeo por los cristales de la puerta y distingo unos ejemplares de literatura autoayuda. Avanzo. Fuera de una casa hay un coche deportivo con las puertas abiertas del que sale música bandolera, dos tipos con playera de la selección de México están recargados en la pared y beben cerveza. Al pasar junto a ellos miro que el zaguán de la casa está abierto y dentro hay otros sujetos bebiendo y jugando a los naipes. Me miran y quizá descubren mi extranjería. Memorizo dónde se localizan hamburgueserías Wendy´s, Rapiditos Bip-bip, ciertos hoteles y negocios que ofrecen salidas diarias a Las Vegas. Por 55 USA dólares, no más. He visto a algunas mujeres jóvenes caminar solitarias. Unas me dieron la impresión de que habían salido del trabajo e iban a sus casas. Otras que habían salido de sus casas e iban al trabajo. Al tercer turno, seguro. Me interno por el centro y doy con prostitutas decrépitas sentadas en una silla fuera de sus vecindades. Me miran, las miro, entre luz amarillenta. No me detengo porque imagino para darme valor que seguir caminando es mi seguro de vida. En las esquinas hay tipos carcajeantes, en banda. Algunos me ofrecen líneas, mota o lo que yo quiera. El olor es a tubería. Una patrulla con las puertas abiertas está atravesada entre dos calles. Las luces de la torreta me dan en la cara. Rojo, azul. Rojo, azul. Dos ratis catean a una pareja, sobre la pared. Llego a un punto por el que decido que no puedo seguir, si es que quiero seguir.

SEIS

Una montaña que se ve de todas partes o casi, dice con letras grandes y blancas algo así como que Ciudad Juárez La Biblia es la verdad Léela. Un mall. Lo más grande es una tienda de autoservicio cuya iluminación insuficiente me hace pensar en una tienda Conasupo a la que iba de pequeño. En diversos locales atendidos por mujeres jóvenes se exhiben ropas económicas. Hay dos, quizá tres café-internet. En el cine, multisala, se dan tres películas que vi hace seis meses. En algunos puestos a la mitad del paso muchachas en edad escolar venden celulares, adornos femeninos, paletas heladas y golosinas. Camino hasta una pista de hielo, que no tiene hielo, sino un suelo disparejo de cemento que forma un óvalo. Alrededor, recargadas sobre la barandilla, algunas parejas de novios miran hacia la pista de hielo, que en un letrero dice Celebra tu fiesta en la pista por sólo 550 pesos y en otro Cerrada por reparación. En Burger King compro un cono y luego me dirijo a un teléfono público de tarjeta y marco un número de ciudad de México.

CINCO

La gente en Juárez que no pretende ser o es de las filas del narcotráfico da la impresión de ser noble, diría que hasta sumisa y muy provinciana. Son amables, hablan bajito. Bajan la cara o miran a otro lado mientras le hablan a uno. Los taxistas de inmediato se vuelven cómplices de sus pasajeros y cuentan mitos urbanos mezclados con la historia del homicidio más reciente. Hay más de diez diarios, así que la información es fresca. También dan sugerencias hacia donde encaminarse. La calología en las mujeres, como el clima: en los extremos. Unas declaradamente feas. Otras, como pepitas de oro en una mina, sorprendentemente hermosas. Así es, casi sin términos medios. Todas con acento norteño que de pronto me dio por imitar cuando hablaba con ellas.

Aunque parece que hay vida nocturna ruda, no lo es tanto. O sí lo es, pero se mantiene en stand by y uno vive cierta paranoia percibiendo el peligro en el aire. En los expendios de burritos y tacos de asada a la intemperie uno tiene la sensación de que el mesero es una mezcla de Jason y los patos malos que conducen el auto negro con llamas en Sometimes they comeback.

En los antros todo acaba a las dos de la mañana. Lo público, al menos. Dicen que en ocasiones llegan pistoleros que arrebatan sus minas a tipos que no pueden impedir que las violen. O se las lleven y nunca más vuelvan a verse. El célebre Noa-Noa se quemó hace años. Todos refieren como lo más interesante dos o tres tables. En uno bailan muchachas originarias de USA. En el otro, que tiene nombre de músico, también, pero junto con mujeres nacionales, de la región. El tercero es lamentable y si los dos anteriores son aburridos, en éste al menos pude ver Estigma en una de las televisiones que transmitía en la pista. Hay muchas discotecas. La mayoría resultan bastante monótonas y pobladas por gringos y rancheros locales ebrios, que son narcos o de menos quieren parecerlo, algo que en sí resulta importante para ligar, ya que según una tipa con la que estuve platicando me hizo saber, o inventó: vaya uno a saber, que muchas mujeres, sobre todo las jóvenes, hoy en día a lo único que van a las discotecas es a intentar pescarse a un narquito y resolver sus vidas. Así dijo, en diminutivo, narquito. Que generalmente visten como vaqueros y se muestran con alhajas y todo tipo de fanfarronerías que los separan de los narcos pesados, que en general, si prefieren ir a lugares públicos y no celebrar fiestas exclusivas en sus propiedades, lo hacen con cierta discreción o de plano mandan cerrar el lugar, sin cerrarlo, sólo reservándolo para ellos y sus amigos.

Durante la noche, en avenidas amplias, hay coches que parecen jugar a las carreras. Aceleran a fondo. Como en todo Need for speed.

Me costó, pero encontré en algún sitio el legendario mezcal Los Suicidas. Bebí una copa y comprobé que es muy bueno.

CUATRO

A la fecha son más de 500 las mujeres asesinadas en los últimos 15 años y, sumando las desaparecidas, el total supera las 800, aunque hay quienes cuentan 1000. En el caso de las muertas de Juárez, toda cifra exacta es inexacta.

Hay detenidos. Uno de ellos, extranjero, murió hace más de dos años en la cárcel. Se suicidó. Se especula mucho pues desde que estaba preso los asesinatos seguían. Y no paran. Si es uno el asesino serial, hecho poco probable aunque sostenido entre otros por un especialista norteamericano, tiene el récord mundial e histórico. La policía, como me hicieron notar varias personas, está alerta, ronda la ciudad: aun vestida de civil para no llamar la atención, aunque hay gente que señala a la autoridad como cómplice.

—Curiosamente patrullan la ciudad, todos lo vemos, pero a los lugares de los homicidios la poli es la última en llegar —me aseguró un chofer de transporte público.

El narcotráfico, los crímenes de la delincuencia organizada y los ajusticiamientos han enrarecido más el ambiente. El ejército está desde hace algunos meses en las calles, pero Juárez sigue sin ser territorio seguro.

—Hace algún tiempo se estaba preparando la primera generación de policía especializada en Juárez, les trajeron instructores israelíes y la Chingada. Pero unos días antes de graduarse les tirotearon el cuartel y les dejaron un mensaje claro: si se graduaban los mataban uno a uno. Y fin: así se acabó la policía especializada.

Por supuesto iba preparado para investigar algo de las muertas. Iba, de hecho, con esa frase en la cabeza de que en los asesinatos de Ciudad Juárez se encuentra el gran secreto del mundo actual. Y entendí que los asesinos son la indiferencia, el machismo, esa calidad de traspatio del primer mundo de una ciudad donde la gente de fuera, y la del interior, la que puede, va a divertirse y al desmadre, aunque todo el cuadro en conjunto pueda juzgarse, en realidad, monótono y desangelado.

Aquí, el asesino es también el asesinato visto como lo común y corriente. La indolencia.

Cuando platiqué con una amiga antes de volar a Juárez le dije un tanto en broma que iba exclusivamente a investigar lo de las muertas y pareció sorprenderse.

—¿Para qué? —dijo después de pensárselo—, si ya hay muchos reportajes y libros y gente que han hablado de ello. Ya hasta hay tipos en la cárcel. Ya no hay nada qué investigar.

¿No?

Cierta gente cree que las muertas, que a veces aparecen violadas anal y vaginalmente o mutiladas de los pezones o los labios vaginales y golpeadas y estranguladas o acuchilladas, en parques industriales, en el desierto, en sus barrios, en lotes baldíos, son sólo prostitutas o meseras de antros de medio y bajo pelo, mujeres prescindibles por tratarse de lacras sociales. No siempre es así y ni aunque fuera así podrían justificarse los asesinatos. Las mujeres muertas o desaparecidas por regla general, que tiene sus excepciones, son jóvenes, de cabello largo. Casi siempre pobres. Las hay atractivas y otras no. Aunque ya se sabe que en gustos se rompen géneros y madres. O sea que ser mujer ya en sí es un factor de riesgo. Y si entre las muertas hay putas profesionales, puesto que igual las hay de hobby, también hay empleadas de maquiladoras, de empresas de servicios, vendedoras de productos varios, cajeras, hijas de familia, novias, hermanas, madres.

TRES

También hay turistas que compran recuerdos y pasean contentos por zonas que parecerían turísticas y culturales. Como todo visitante atento, observan una Ciudad Juárez que trabaja y se esfuerza para salir del violento día a día en el que parece vivir. Una cotidianidad absurda que convida al mundo y de la que todos, en cierto modo, formamos parte.

Me queda claro que hay gente de dentro y de fuera que quiere la ciudad, que en ella se siente como en casa.

Así me sentí yo por ratos. Aunque me tocaron un par de tormentas de arena.

DOS

Una madrugada, la del regreso.

En la caja-loro un tipo devora ensaladas con el cuerpo desnudo de mujeres como platos. Luego las mujeres comen sobre él, desnudo. En otro canal, un noticiero reporta sobre el caso del día: un perro asesino, en Texas. Tipo Cujo, supongo. El perro matón fue muerto. Pelis tediosas. La conducta alimenticia de ciertos mamíferos en época de celo. Un par de teledramas. Culebrones antiguos. Golf. Lo bueno es que solicité en la recepción mi control remoto. Puro zapping. De nuevo, el tipo de las ensaladas. Ahora anuncia que una mujer experta en sadomasoquismo le clavará los testículos en una pequeña tabla, lo que no es verdad. Lo que le clava, cuatro clavos, en rigor, es el escroto.

Más tarde. Cierro mi Macbook porque mis vecinos, número de habitación descendente, andan apasionados y se nota aun a través de las paredes. Según alcanzo a escuchar, son médicos. Él es de Chihuahua, Chihuahua. Ella, que no dice de dónde es originaria pero que tiene igual acento norteño, habla de un congreso médico al que asistió hace poco y se queja de sus colegas nada solidarias y de un medicamento que se promocionaba en el encuentro. Ella le pregunta por su esposa. Él evade la pregunta. Chasquidos. Besos. Él le pregunta por sus hijos. Ella habla de una muchacha que va a la secundaria y luego los chasquidos se vuelven respiraciones agitadas y también risas. Y después gemidos.

UNO

Ciudad Juárez es un infierno. Uno sin llamas, de infinitas tonalidades de gris, pienso en mi lugar del avión, mientras una azafata, ¿Diana, Mónica?, se empeña en darme caderazos cada vez que pasa junto a mi brazo. Me tocó pasillo. Tengo enchufados los audífonos de mi iPod. Escucho a Juan Gabriel, por supuesto: Ciudad Juárez es número uno / Ciudad Juárez es the number one / Y la frontera en donde debe vivir Dios.

Wednesday, August 05, 2009

Muerte en Venecia en el Julio Castillo


Muerte en Venecia
en el Julio Castillo

x José Noé Mercado


No posaré.

No diré que soy un entusiasta de Muerte en Venecia de Benjamin Britten, ni que el tema de la novela de Thomas Mann me quita el sueño o que prefiero la película de Luchino Visconti a Crepúsculo. Existe un mar de disquisiciones estético-filosóficas menos plomizas y hasta entretenidas que me parecen prioritarias.

Ya, lo dije. Es mejor así. Con sinceridad pueden entenderse las personas y el arte.

En ese sentido, asistí al estreno en México de Muerte en Venecia, título con el que la Compañía Nacional de Ópera continuó su Temporada 2009, presentado en cuatro funciones: 5, 7, 9 y 12 de julio, en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque. Acaso sin demasiada expectativa al entrar, salí muy satisfecho del espectáculo.

Y no por la temática que muestra el conflicto entre lo apolíneo y lo dionisiaco a través de una serie de emociones vitales ante la vejez y la muerte y una retahíla interminable de divagaciones y peroratas interiores que el protagonista pronuncia en su contemplación psicologizante para, al final de cuentas, justificar, pero no aceptar, atormentándose por ello, que se le está haciendo agua la góndola. Puesto que ahí, donde él mira la belleza más platónica, un buga es ciego o simplemente desinteresado, indiferente. Tampoco la partitura de un compositor avezado en su bagaje técnico-musical al servicio del drama, de particular belleza en pasajes dancísticos, que sin embargo en su estreno no tuvo la resonancia de otras óperas de su catálogo, me pareció lo más memorable en esta ocasión.

Lo que me hizo valorar particularmente esta serie de funciones fue sin duda la puesta en escena, su interpretación. Jorge Ballina logró hacer magia auténtica, que como sabemos no es más, pero tampoco menos, que un artilugio que logra hacernos creer lo que no es. Su diseño de escenografía pareció decirnos nada por aquí, nada por allá, para de pronto, con un mecanismo preciso e ingenioso, continuo, hacer aparecer embarcaciones navegantes, puertos, lobbys y cuartos de hotel, playas, muros, callejones, canales de agua y muchos otros contextos y escenarios necesarios para el desenvolvimiento puntual de la trama.

Ballina dejó en claro que como escenógrafo es un ilusionista. Y su dirección escénica, debutante, no desmereció, llena de fluidez y teatralidad pocas veces vistas en la escena operística nacional, estuvo en perfecta sincronía en concepto y ejecución con la iluminación de Víctor Zapatero, el vestuario de Tolita y María Figueroa y el movimiento corporal de Verónica Falcón.


La parte canora fue encabezada por el tenor estadounidense Ted Schmitz, de voz más bien delgada y poco voluminosa, pero de gran resistencia y musicalidad, que unió a un conocimiento perfecto del rol de Gustav von Aschenbach. El barítono Armando Gama interpretó los siete papeles breves de la obra (Viajero, Catrín, Gondolero, Gerente de hotel, Barbero, Jefe de cómicos, Voz de Dioniso), con una prestancia vocal e histriónica incuestionables. Como la voz de Apolo, el contratenor Santiago Cumplido cumplió pero con un instrumento destemplado y de afinación incierta.

La Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes —esta vez preparado por Cara Tasher— cumplieron con un desempeño elevado para su media, manteniendo la tensión dramática y dando relieve a los pasajes solistas, con la batuta concertadora de Christopher Franklin, quien hace algunos meses también visitara nuestro país: Guadalajara, Jalisco, para dirigir un concierto con el tenor peruano Juan Diego Flórez.

Pero la verdad, y alguien tiene que decirla, lo más valorado y sobrevalorado para muchos de los asistentes que llenaron el teatro (lo que en fechas recientes ni Rigoletto consigue) pero a ratos dormitaban bajo el sopor de la obra, fue el Tadzio del bailarín Ignacio Pereda, quien, como a Aschenbach, hizo suspirar a más de uno hasta la locura. O loquera. Será que como afirmara festivo un señor a su joven pareja antes de iniciar la función, “Muerte en Venecia es para la comunidad lírica gay como que a los franceses les toquen La Marsella o a los mexicanos el México lindo y querido”. Yo respeto, como dijera Velibor Bora.

Friday, July 17, 2009

El espectáculo en letras

FUENTE: De la idea a los aplausos

Salió muy bien la mesa "El espectáculo en letras", en el marco de De la idea a los aplausos, segundo encuentro entre los profesionales de la producción. Ahí estuve. Bien por los organizadores.

Aquí dejo una nota de la agencia de noticias Notimex, que apareció en diversos medios.

Eso.

NOTIMEX
Martes 14 de julio, 07:12 PM
México, 14 Jul. (Notimex).- Directores y editores de revistas especializadas en teatro, danza y ópera salieron hoy en defensa de sus publicaciones y pugnaron por crear una agresiva campaña de difusión que contrarreste los efectos de los "best sellers" que tienen acaparado el mercado nacional.

Durante una charla en la Universidad del Claustro de Sor Juana, Abril Boliver, de la revista "Danza, Pasión y Movimiento"; Noé Mercado, de "Pro Ópera", y las editoras Nizarindani Sopeña y Leticia García, de "Sound Check" y "Paso de Gato" respectivamente, lamentaron que sean las revistas de chismes las que prevalezcan.

En el último día de actividades del Segundo Encuentro de los Profesionales de la Producción de Espectáculos "De la idea a los aplausos", cada promotor coincidió en que los perfiles de las compañías, espectáculos, festivales, certámenes y/o alguna otra actividad que aparecen en sus revistas, presenta un equilibrio informativo en todas las disciplinas.

Al tomar la palabra, Leticia García, editora de Paso de Gato, se refirió a los "bestseller", aquellos libros, discos, películas y/o videojuegos que, debido a la gran aceptación que generan entre el público, han pasado a formar parte de las listas de los más vendidos.
Mientras que las revistas dedicadas a la difusión, crítica y análisis del arte y el espectáculo, han vivido una etapa de resistencia para mantenerse vivas en el mercado nacional.

Por ello, la editora se pronunció a favor de que su sector trabaje en una oferta interesante de títulos, precios accesibles que persuadan a los lectores, campañas permanentes de invitación a la lectura y eficientes sistemas de distribución, a fin de posicionarlas en el mercado.

A decir de los ponentes, en los últimos meses la venta, exhibición y mesas redondas en torno a estas publicaciones, han transcurrido con buen ánimo, por lo que consideran llevar a cabo más foros de este tipo a proposito de "poder hacer surgir nuevas opciones editoriales de estas características".

Señalarón que algunas de ellas, recordaron, enfrentan la dura batalla día a día por hacerse llegar de recursos para su publicación.

Sin embargo, subsisten porque "tanto el arte como la cultura en México son importantes. Es necesario apostarle al arte para ganar", insistió Noé Mercado, director de la revista "Pro Ópera".

Previo a la charla, cada uno de los ponentes explicó las características de sus respectivas publicaciones y los premios que han obtenido en los últimos años.

Friday, July 10, 2009

De la idea a los aplausos


Los chicos entusiastas de la carrera de Producción de Espectáculos de la Universidad del Claustro de Sor Juana -carrera que, por cierto, ya tiene egresados y profesionales que cada vez destacan más en el medio nacional- me invitaron a participar en el segundo encuentro entre profesionales, precisamente, de la producción de espectáculos que tendrá lugar 13 y 14 de julio en el Auditorio Divino Narciso de la UCSJ.

Yo participaré, en representación de la revista Pro Ópera, el 14 a las 16 horas, en una mesa sin duda interesante: El espectáculo en letras. Ya veremos qué tal. Ojalá asistan a las cinco mesas del encuentro, que contemplan desde la idea hasta los aplausos -cuando los hay- de un espectáculo profesional. Es entrada libre.

Bien por los chicos y porque tengan presente el musical y la ópera que artísticos pero, al final, también son espectáculos. Aquí dejo la info que me proporcionaron:

DESCRIPCIÓN GENERAL

La producción de espectáculos había sido una labor que hasta hace poco recaía en los artistas (actrices, músicos, directores, etc.) o personas dedicadas a la administración. Ellos se formaban como productores durante el proceso mismo, a través de la observación y la práctica, lo cual difícilmente posibilitaba la diseminación de experiencias, conocimientos y metodologías de trabajo. Sabemos que el intercambio de ideas es una posibilidad de enriquecer la profesión. La Universidad del Claustro de Sor Juana comprometida con el desarrollo cultural de México fundó el Profesional Asociado en Producción de Espectáculos y abrió los cauces para que en 2008 se llevara a cabo el primer encuentro de profesionales de la producción de espectáculos “De la idea a los aplausos”. Hoy nos complace anunciar que gracias a la entusiasta respuesta de ponentes, medios de comunicación y público asistente, realizaremos la segunda edición del encuentro, la cual da continuidad al foro de reflexión, intercambio de ideas y experiencias sobre los retos de la producción realizado en julio de 2008.

En esta ocasión el encuentro comprende cinco mesas:

Lunes 13 de julio

02:00 p.m. Inauguración

02:05 p.m. Mesa 1: Producir es cosa seria

-Francisco Pazbotello (Westwood Entertaiment)
-Soledad Estrada (Santísima Producciones)
-Laura Rode (OCESA Teatro)
-Colleen Patton (PROMEDSA)

04:15 p.m. Mesa 2: ¿Quién me apoya? Gestión de Recursos

-Marisol Torres - (Gajuca Danza)
-Xatziri Peña - (División Cultural IMSS)
-Mónica Riestra (Mond Ensamble SC)

06:45 p.m. Mesa 3: Casos de éxito

-Irasema Terrazas - (Soprano y actriz)
-Mónica Bravo (Mentiras, el musical)
-A poc A poc (danza)


Martes 14 de julio

04:00 p.m. Mesa 4: El espectáculo en letras. Publicaciones especializadas

-Abril Boliver - Danza Pasión y Movimiento
-Nizarindani Sopeña - Soundcheck Magazine
-Jaime Chabaud - Paso de Gato
-José Noé Mercado - Pro Ópera

06:15 p.m. Mesa 5: Equipo de Producción. El drama en backstage
Dr. Frankenstein, la ópera rock de Jorge Fors


-Ana Teresa Ramirez - Productora Ejecutiva
-Ricardo Delgadillo - Director de Escena
-Salvador Moreno - Diseñador de vestuario


Auditorio Divino Narciso de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Izazaga 92, Centro. México, DF. ENTRADA LIBRE.

Más información: http://www.delaideaalosaplausos.com/

Wednesday, July 01, 2009

Pro Ópera julio-agosto 2009


Así como la mitad del año, la edición julio-agosto 2009 de la revista Pro Ópera, ha llegado. Ya se puede leer en línea, con una nueva imagen del sitio, dando clik aquí.

Recomiendo leer todo lo que trae este número, pero dejo links a lo que yo publiqué que igual es harto:

Columnas Ópera en México y México en el Mundo.

Crítica Rigoletto en el Teatro de la Ciudad.

Artículo de portada Don Pasquale en México, y entrevistas con el elenco:

La soprano Rebeca Olvera.

El tenor Javier Camarena.

El barítono Josué Cerón.

El bajo Charles Oppenheim.

Y, como en este número, entrevisté por doquier, igual vienen entrevistas con:

El director de orquesta Enrique Patrón de Rueda, quien en este año cumple 30 años de carrera.

El compositor Daniel Catán, quien celebra en 2009 60 años de edad.

La soprano Fabiola Venegas, ganadora del primer lugar del Concurso Internacional de Canto de Sinaloa, del que incluyo también una breve reseña. Este par de textos que vienen en el Suplemento en línea, por cierto, complementan la entrevista con Patrón de Rueda.

Desde luego, vienen muchas otras colaboraciones y secciones de interés (la ópera del Met en el Auditorio Nacional, entrevista con María Cristina García Cepeda -Maraki-, entrevista con Rufino Montero, Franz Joseph Haydn a 200 años de su muerte, Haydn y la ópera, reseñas de discos y libros, Ópera en los Estados más Otras Voces -no deben perderse las demás críticas de Rigoletto en el TdelaC- y Ópera en el Mundo -y al decir todo el mundo es, en efecto, todo el mundo), de diversas plumas (Lázaro Azar, María Eugenia Sevilla, Xavier Torresarpi, Ingrid Haas, Arturo Magaña Duplancher, Luis de Pablo Hammeken, Darío Moreno, Vladimiro Rivas, Raúl Díaz y Mauricio Rábago Palafox -ojo con su crítica de Rigoletto que pone el colmillo en la yugular-, sin contar a toda la red de corresponsales nacionales e internacionales.

Ya puede conseguirse la revista en papel y consultarse en línea:

http://proopera.org.mx/julago.html

Friday, June 26, 2009

Jackson, el más pop


Jackson, el más pop
x José Noé Mercado

Michael Jackson es tan simbólico y significativo como una lata de sopa Campbell´s. Como un cómic de Marilyn Monroe o un afiche de Coca-Cola. Guste o no, es un ícono de la cultura de nuestros tiempos. De sus códigos. De su arte. De toda una estética y forma de vida: el pop. Un emblema que, por más que se niegue o critique, no dejará de ser un emblema.

Ayer murió, se supone que poco antes de las 17 horas tiempo de México. Yo me enteré por Internet. Por Messenger. Ahí estaba la noticia, no en los medios de comunicación tradicionales. Más allá de las especulaciones y de la aclaración que acarrearía su fallecimiento, el impacto mediático y cultural estaba ya en escena.

En menos de una hora aparecieron en la red miles de artículos refiriendo la muerte de Michael Jackson. En YouTube, Thriller, que marcó una forma de presentar la música, su contenido a través del clip, del corto, se acercaba a las 40 millones de reproducciones. Los demás videoclips de Jackson, que no son pocos, eran vistos igual por millones.

La televisión, la radio, los medios impresos, a nivel internacional dedicaron generosos reportajes para hablar de la muerte del rey del pop. Del mayor vendedor de discos de la historia. Probablemente del artista más famoso de nuestra época y, por tanto, acaso de todas las épocas.


Por Messenger también discutí con algunos contactos, empeñados en no conferirle ninguna importancia ni a Michael Jackson ni a su muerte. "Me vale madres el pop y Jackson una chingada", me dijo uno de puro bluff. "La pedofilia y todas esas depravaciones que estaban a su alrededor me asquean", me dijo hipócritamente otra persona que, me consta, innumerables veces ha tenido que formatear su disco duro infectado por los virus que pululan en las páginas pornográficas que visita. "No es de mi época ni está en mi historia personal, MJ para mí no existe", me explicó una chica ni tan chica aficionada a los videoclips y consumidora de literatura pop. "Qué te sorprende, por qué te admira lo que pasa en los medios, eso pasa todos los días, mejor ponte a trabajar en lo tuyo y olvídate de lo que pasa o no pasa con los demás", me dijo un tipo que estudió comunicación aunque, por supuesto, nunca logró ejercer la carrera.

Una rubia tipa semianoréxica, más en sintonía con lo que yo estaba percibiendo, me dijo "seguro así ocurrió cuando murió Elvis. O Lenon. O la Monroe, pero como no había Internet el fenómeno no se sintió igual de colectivo y en tiempo real como ahorita. Esto, por fortuna, no lo veremos ni con Fidel ni ningún otro político". Sí, pensé. Por ahí va la interpretación del asunto que, por lo demás, bien puede ser que tampoco signifique algo a todos. No cambiará la vida cotidiana de las personas ni le quitará el sueño a la gente. Pero de que es un acontecimiento cultural, como la muerte de Beethoven, de Monteverdi o Da Vinci, que para muchos tampoco significaron nada, lo es.

La muerte física de un ícono de la cultura duele en forma abstracta. Justamente porque lo que intenta toda cultura, incluso la más efímera y comercial y paradójicamente popera, es tener significación en los hechos cotidianos para poder permanecer en el tiempo. Así, incluso, se llega al arte. Y la muerte es un atentado contra toda permanencia. La muerte nulifica todo intento de significación. Contra esa falta de sentido es sobre la que debe cimentarse la creación. El arte. La cultura. La muerte de un artista famoso, que lo tuvo todo y que, sin embargo, sin nada se quedó, puede cuestionarnos para qué crear. Nos hace ver el vano intento de permanecer, de agarrarse al mundo, se haga lo que se haga.

No ver o no querer reconcer la importancia de Michael Jackson es una forma aparente de negarse a sí mismo, de hacerse blanco cuando se es negro. De hacer de cuenta que no se vive la época, la estética, que vivimos. El descrédito del pop, en el fondo, es súper pop. Restarle méritos como artista o simplemente despreciarlos, verle sólo el lado B, es la actitud popera que hoy nos define. Seguimos desacreditando el movimiento pop, como si fuera en sí mismo despreciable y no fuera solamente un periodo más, lo que no es menos, de la historia como lo fue el medioevo, el renacimiento, el barroco y demás etapas culturales.

La muerte de Michael Jackson es al pop lo que la de Mozart fue al clasicismo.


El pop es llevar elementos de lo más cotidiano al arte. Michael Jackson consiguió lo que pocos: se convirtió en un ícono de lo popular que se llevó a sí mismo al mundo artístico. Logró el éxito y su decadencia, como el pop tuvo dentro de sí el shocker pop o el acid pop que lo destruía al tiempo que lo reafirmaba.

El pop es agradable, hasta bello. Lo que no molesta sino encanta. Es una zona de confort y así, igual, es la música y la voz y el baile de Michael Jackson, el más pop. Por eso corre el riesgo, que no es poco mérito, de volverse un clásico si no lo es ya.

Quizás Michael Jackson representa una época y nos alcanza, nos toca, porque más que un inconforme era posmodernamente un insatisfecho. No se quedó negro, ni con los rasgos que le tocaron. Pero tampoco llegó a ser blanco, ni consiguió un perfil griego. Michael Jackson es muchos de nosotros porque fue capaz de desfigurarse con tal de figurar.

Descansa en paz, sumo rey del pop.

Monday, June 15, 2009

María Alejandres en el Lunario


La soprano María Alejandres está comenzando una brillante carrera en el mundo de la ópera. A sus 24 años de edad, pocos artistas en México tienen tanto futuro como ella.

Recién triunfó en el Teatro de la Ciudad, interpretando a Gilda, en el Rigoletto de Giuseppe Verdi. Ese mismo papel ahora lo está alternando en una gira del Teatro Regio de Parma por China. Y para el año entrante tiene contratos en Italia, Inglaterra y muchos otros sitios.

Pero la buena noticia es que María estará nuevamente en México en un par de veladas con arias de ópera, zarzuela  y canciones. Me llegó la invitación. Será el 8 y 9 de julio, a las 21, en el Lunario. Alejandres estará acompañada por un pequeño ensamble y por José Ángel Rodríguez al piano.

Habrá que ir.

Sunday, May 31, 2009

-Povero- Rigoletto en el Iris


Hay por ahí quienes últimamente se empeñan en negar la existencia de la crítica. Sus razones tendrán. Aunque no es nada nuevo eso de negar la crítica. O sea, siempre ha sido una forma de legitimar lo criticado. De abogar por lo oficial. Lo establecido.

Ya Zoilo y Aristarco en la antigua Grecia eran negados. Además, criticar a la crítica es abrazar una teoría que se muerde la cola. Si se critica a la crítica, entonces la crítica existe.

Va mi crítica al Rigoletto presentado por la Compañía Nacional de Ópera en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Aquí la dejo con mi reputación para que la hagan pedazos.

UPDTED: esta crítica ya se publicó también en Mundo Clásico, en España. Se puede ver en línea armada con distintas fotos dando klik aquí.

-Povero- Rigoletto en el Teatro de la Ciudad
x José Noé Mercado


Piangi, fanciulla, piangi
Si a veces hasta da corte, como dicen los chilenos. Da un poco de pena, como expresan en Colombia. Pero sí, lo afirmó Manuel Buendía: el periodismo tiene cierta vocación escatológica.

Y la crítica, ya sea de la academia o periodística, de ella también se moja. Puesto que una de sus funciones es poner en perspectiva lo que puede, y quizás urja, mejorar. Modificarse. Lo que no se hizo bien. Lo que no aportó. Lo que nació mal. El gato por liebre y lo que no pasó corriente, lo inadecuadamente enchufado.

En México, debido a la reciente y poco afortunada labor de la Compañía Nacional de Ópera para cumplir su labor de “máxima exponente del género del país”, como asegura Conaculta, parecería que la crítica tiene sólo esa función y no otras más presumibles o que, de menos, no den tanta corte.

Casi siempre, cuando hay una verdadera motivación por el arte del que habla, la crítica igual quiere aplaudir. Demostrar lo fan. Pero cuando faltan razones y no se puede, esa labor queda para los voceros oficiales u oficiosos y la crítica debe cumplir su misión. Incluso a riesgo de que algún directivo escrupuloso diga que al hacerlo “chilla porque nada le parece”. Quizás porque ese funcionario desconoce lo que no conviene: la escatología dice casi nada del que estudia la obra y sí todo de quien la produce. La crítica no chilla. Es espejo y, si argumenta, da reflejo.

Así pues, luego de casi cinco meses de haber llegado, la nueva administración de la CNO por fin produjo algo propio: Rigoletto de Giuseppe Verdi, presentada en cuatro funciones: 24, 26, 28 y 31 de mayo, Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Y no libre de la filosofía tan mexicana del “yo no fui”. Consistente, por cierto, en no asumir del todo las responsabilidades y sus consecuencias. Echándolas a otros, en este caso a la administración pasada, respecto a planes, presupuestos y algo de la selección de elenco y creativos. No se puede seguir así, por bien de la ópera. Y no por ser cierto o no, sino porque lo esencial es que quien ahora está al frente tome el timón y acabe la inercia malhadada. Si es que puede. Y se asuma en su puesto para navegar con nuevo rumbo, más propicio. Ése es el reto de Alonso Escalante: ¿marinero o capitán? ¿U hombre al agua?

Lará, lará, lará
El barítono Genaro Sulvarán encabezó el elenco de este Rigoletto, no sin problemas para dar vida al jorobado bufón, un rol que resultó demasiado dramático para las condiciones vocales que el veracruzano presentó el día del estreno. Un papel que ya ha abordado anteriormente, pero al que esta vez su voz no hizo justicia. Quedó corta en los agudos, sin colocación firme en esa zona alta, opaca y carente de legato amplio. Si bien nunca ha sido un actor consagrado, ahora sus posibilidades de lucir en lo histriónico quedaron disminuidas al apreciarse más preocupado por hacer que la voz respondiera a las exigencias de su complejo personaje y la emisión no pareciera irse para atrás, fuera de foco.

María Alejandres, en cambio, triunfó de nuevo. Tanto o más como antes triunfó María Katzarava. Ahora como Gilda, la cantante desbordó encanto y decisión escénica, pero lo más importante: dejando claro que es, acaso, la soprano más dotada que haya nacido en México en varias décadas, dicho no en demérito de talentos nacionales en esta cuerda, sino porque María está ya conquistando los escenarios líricos más prestigiados del orbe. No sólo por su delicioso y cálido timbre y por su técnica sólida con la que dispone todo su registro, sino igual por la inteligencia para bordar los detalles y convertir una interpretación destacada en una memorable. María Alejandres es de esas artistas que hacen que una función valga la pena. Y va en ascenso.

El Duque de Mantua fue abordado por el tenor Arturo Chacón Cruz, quien tiene un timbre muy bello, aunque en el registro medio su instrumento a veces se opaca y no corre del todo por el teatro. Ahí podría disponer más brillo que, a diferencia, sí despliega con capacidad indiscutible en la zona alta. En ella se mueve con plenitud y soltura. Es un cantante inteligente al frasear y muy seguro. Su actuación no fue mala pero sí débil, quizás tímida. Le faltó soltura y cinismo. Ser más cabrón, de acuerdo al personaje que interpretó. Por ejemplo, cuando está con Maddalena (Encarnación Vázquez en un rol demasiado grave para sus características más ligeras), lejos de ser licencioso y dejarse llevar por lo venéreo optó casi siempre por meter sus manos en los bolsillos de su pantalón o por olisquear sin convencimiento bajo las faldas de ella.

El bajo Rosendo Flores como Sparafucile cumplió con creces, mientras que el bajo-barítono Guillermo Ruiz, Monterone, mostró un instrumento algo maltratado, sin el brillo y poder que le conocíamos. Esta ocasión, fue más el esfuerzo que la voz. Mejor impresión dejaron algunos partiquinos como Roberto Aznar (Marullo), Helena Pata (Giovanna) y sobre todo Luis Alberto Sánchez el Trosky (Borsa).


Ah, la maledizione!
La Orquesta del Teatro de Bellas Artes bajo la batuta del brasileño Luiz Fernando Malheiro sonó descuadrada en diversos pasajes, con cuerdas plurales que casi decían lo que querían, no lo que debían. El sonido producido careció de fuerza dramática o de sutilezas particulares. O sea, un trabajo gris, con el agregado de que Malheiro no es un acompañante de voces consumado, a juzgar por cómo los cantantes a veces se iban ahogando o se contenían, buscando cuadrar sus voces con la música y los tiempos.

Es obvio que la inactividad es resentida por el Coro del Teatro de Bellas Artes, para ésta como otras veces, bajo la dirección huésped de Jorge Alejandro Suárez. Vocalmente el esfuerzo individual es de aplaudir, pero el resultado ofrecido como conjunto no terminó de cuajar por un natural desencanche, a lo que se sumó un trazo escénico abigarrado y sin maña. Inhábil.

La puesta en escena correspondió al alemán Bruno Berger-Gorski e intentó adoptar ese tono agresivo, violento física y sexualmente, que ya han explorado otros montajes de Rigoletto. Pero se quedó en eso: en un intento. Nunca se llegó a las últimas consecuencias de esa mirada. Con dos tipas con los pechos al aire, el Duque subiéndose la bragueta (salido de una habitación donde precozmente no duró ni un minuto) o con cortesanos pegándole teatralmente a Monterone, pero no más.

El detalle más curioso de la puesta de Berger-Gorski no radica en trasladar la trama a los 50, a una ciudad moderna. Viene en la última escena. Cuando el Duque sale furtivamente a ver qué pasa fuera de la casa de Sparafucile, Rigoletto ya ha descubierto que Gilda es la que agoniza, y luego entra de nuevo y se sienta en las escaleras a padecer. ¿Pero y esto qué aporta a la comprensión del argumento o al sentido dramático de la obra? Humaniza al Duque, desde luego. Le crea conciencia. Pero lo atelenovela. Porque esa actitud desde luego estaría disociada de alguien que tiene como himno “La donna è mobile” o que manda a Monterone al cadalso o que miente y toma por la fuerza a Gilda. Es decir, la propuesta es interesante. Pero termina por crear un perfil incongruente, porque lo hace rudo y cursi a una vez.

El vestuario gangsteril, diseñado por Adela Cortázar, pareció inspirado en una cinta de Martin Scorsese o Emilio Tuero, pero mezclado con algunos modelos renacentistas, de arlequín y Juan Luis Guerra. ¿Con qué finalidad este remix? Con el de subrayar la idea del director escénico de que el trasfondo de esta ópera no se circunscribe a una sola época, quizás. Muy bien. ¿Pero y entonces por qué los años 50 y no los 90 o el siglo 21? ¿Cuál sería, por ejemplo, la justificación de que Rigoletto bufón haya más bien parecido un motociclista chopper?

La escenografía del checo Daniel Dvořák, más que minimalista pobreymalista, incluyó una entrada tipo elevador a la izquierda y una barda al fondo con un par de entradas o salidas que sirven de acuerdo a la escena. O sea, esa base estuvo presente todo el tiempo. Casi. Monótona, como la iluminación (sin crear dimensiones, sin volumen, básica) de Víctor Zapatero. Y la ambientación vino de colocar una mesa, una cama o una jaula donde se supone que Rigoletto encierra a Gilda. Pero una jaula que no tiene techo, a la que siempre le echan llave, curiosamente menos cuando es de noche y a los cortesanos se les ocurrirá llegar para raptarla. Eso es mala suerte, ¿no?

Como mala suerte han tenido los legítimos operófagos de México en tiempos cercanos. Con autoridades líricas indolentes, con pocas, malas y costosas funciones. Con elencos más irregulares del promedio en otros teatros operísticos. Salvo excepciones, verdad. Tal vez por eso el público no llenó el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris y eso que se trató de un título de lo más taquillero. Veamos quién va al siguiente episodio de la temporada: Muerte en Venecia de Benjamin Britten. Por eso, por las circunstancias que padecemos, al cerrar el telón no faltó quien se lamentó como Rigoletto, con las palabras que cierran la ópera: Ah, la maledizione! Pero quién nos la echó.

Wednesday, May 06, 2009

En la calle


En la edición Pro Ópera que circula actualmente se publica una crítica sobre el concierto operístico que significó el primer evento artístico de la nueva administración de la Compañía Nacional de Ópera encabezada por Alonso Escalante.

Me parece que, por alguna razón no particular, no la había colocado en el blog. La posteo ahora. El concierto fue hace un tiempo, pero igual es vigente el texto por las condiciones líricas que padecemos. Eso.



En la calle: concierto operístico
x José Noé Mercado


Ya no es una metáfora. Es una realidad. La Compañía Nacional de Ópera, o lo que queda de ella, está en la calle. Al menos para ésta y otras ocasiones.

La CNO estrena nuevo director. Luego de la salida de José Areán, al finalizar 2008, Alonso Escalante ha tomado las riendas y el pasado domingo 1 de febrero se ofreció el primer evento musical de su administración.

Se trató de un concierto operístico en la calle, fuera del Palacio de Bellas Artes, cuyo Teatro, sede de la Compañía, como se sabe, está cerrado por remodelación. Vaya forma de debutar, tan sintomática de cómo están las cosas en materia lírica nacional.

La explanada de Bellas Artes fue un bello pero inadecuado marco para este concierto. A las cuatro de la tarde, justo cuando el nuevo edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores dio sombra al escenario, arrancó la parte musical. No antes, ni en otro sitio, pese a que las nuevas autoridades trataron de que fuera en el vestíbulo de Palacio y más temprano (para evitar una posible lluvia, el frío o, quizás, competir con el Super Bowl XLIII). Pero no hubo autoridad que convenciera u obligara a los cuerpos artísticos a cambiar sus planes.

Los protagonistas justamente fueron la Orquesta y el Coro (preparado por Jorge Alejandro Suárez) del Teatro de Bellas Artes, en esta ocasión bajo la batuta (debutante con la CNO) de Rodrigo Macías. Para ellos se instaló un templete y frente a él se habilitaron 500 sillas, insuficientes para el público que se dio cita o iba pasando por el lugar.

El primer problema fue de isóptica, pues entre las jardineras y una serie de esculturas, unas fijas, otras en exposición temporal, que hay en la explanada, el contacto visual con el escenario fue complicado o imposible. No es un buen lugar para conciertos al aire libre, si uno piensa en la parte artística, musical. Es un sitio cercano a lo perfecto, quizá, si uno piensa en el circo que ello implica.


El programa interpretado incluyó las oberturas de La urraca ladrona de Gioachino Rossini, Las alegres comadres de Windsor de Otto Nicolai y El murciélago de Johann Strauss, además de pasajes corales de El trovador y Aïda de Giuseppe Verdi, Carmen de Georges Bizet, Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni, y El príncipe Igor de Alexander Borodin. En las propinas se ofreció el “Va pensiero” del Nabucco verdiano y repitieron “Les voici, le quadrille!” de la Carmencita.

El resultado, comprensiblemente, fue deplorable. No podía ser de otra manera, si los atrilistas estaban más preocupados por detener sus partituras, que se las llevaba el fuerte viento que igualmente se colaba por los micrófonos y se confundía entre el canto sonorizado de la masa coral.

En cuanto a sonido, se hizo lo que se pudo. Un trabajo que por más eficiente que haya sido, sin embargo, fue insuficiente. Las torres de altavoces se escuchaban bien donde estaban ubicadas, pero mal a lo lejos, mezclando el lírico sonido con los claxonazos, los motores y las frenadas chirriantes de los coches que circulaban por Juárez o Eje Central Lázaro Cárdenas. Las sirenas de patrullas y ambulancias ulularon en la lejanía.

Es verdad que hubo unas 1500 personas en el evento. Quizá dos mil. No menos, pero no más. Curiosamente, hubo pocos habituales a la ópera. La mayoría era gente que por primera vez escuchaba una sinfónica o un trozo operístico, porque esto tampoco fue escuchar ópera y, hay que decirlo, tampoco fue lo que se dice escuchar a una sinfónica o a un coro. El pez no estuvo en el agua. Quizás los operistas de siempre lo sabían y por eso, conocedores, no acudieron a la cita.

El éxito o la bondad mayor o menor de un concierto como éste no debería juzgarse por el número de asistentes. Público siempre habrá para estos shows. Días después, por ejemplo, el 14 de febrero, Vicente Fernández, el ídolo de Huentitán, logró reunir 219 mil personas en el Zócalo capitalino y batió así el récord de Shakira que era de 210 mil.

La verdadera relevancia o no de este tipo de conciertos que, al parecer serán bimestrales en la gestión de Escalante, deberá desprenderse de analizar para qué sirve la Compañía Nacional de Ópera. Cuáles son sus objetivos, su razón de ser. Para tocar en un quiosco hay bandas que lo hacen mil veces mejor y atraen más público. Y a todos nos saldría más barato que mantener todo un aparato burocrático musical.