Monday, May 22, 2017

Apocalipsis zombi: Verdades alternativas




Apocalipsis zombi:
Verdades alternativas*

·         Apocalipsis zombi, la más reciente novela del periodista José Noé Mercado —publicada en 2017 por Ediciones B México—, ha traspasado la barrera de la fantasía relacionada sólo con adolescentes, para transformarse en un libro que fácilmente podría ser estudiado en una asignatura de ciencias políticas. Así lo afirma el exdirector de diversas corporaciones en la iniciativa privada y hoy crítico musical Luis Gutiérrez Ruvalcaba, quien el pasado 13 de mayo compartió sus puntos de vista en el Foro Expresarte de la sucursal Mauricio Achar de Librerías Gandhi, durante la presentación de la obra. “Mercado realiza diferentes cortes analíticos a la sociedad mexicana”, dice Gutiérrez, y través de estos apuntes analiza las similitudes de la trama con la realidad política mexicana, casi siempre corrompida, a la vez que reafirma su creencia en la ineptitud gubernamental. 

Por Luis Gutiérrez Ruvalcaba**


En mi juventud, los zombis eran los muertos vivientes productos del vudú haitiano de Papa Doc. Hay quienes dicen que los muertos estaban realmente vivos pero que se hacían pasar por muertos para no ser esclavizados. Los otros Zombies que recuerdo eran los que cantaban She is not there.

En años recientes, los zombis se han convertido en parte importante del imaginario cinematográfico y televisivo; además, estoy convencido de que estos muertos vivientes pululan en nuestra sociedad.

El escritor y periodista cultural, José Noé Mercado, decidió hacer una novela en la que los zombis comparten protagonismo con vivos a secas. El formato de la novela es muy original, pues está estructurado como si fuera el guion de una serie televisiva que se desarrolla en ocho temporadas. El título de cada episodio de los que estructuran la obra, forman un playlist musical contenido en un código quick response que puede escanearse. 




La acción inicia un viernes 13, día icónico de las series de terror gringas, y se desarrolla en una ciudad (Distrito Mexicano) cercana a la montaña que humea, que tiene por nombre el del dios mexica de la muerte (Tezcatlipoca). Un meteorito (o una nave alienígena) choca con el Tezcatlipoca; después sabremos que eventos como éste sucedieron en varias partes del mundo.

Simultáneamente, el centro de la ciudad, la ciudad, el país, sufre protestas estudiantiles causadas por la aprobación oficial de diversas reformas constitucionales. Como veremos, el gobierno les ganará la partida, por lo menos en esta novela.

El autor modifica ingeniosamente los nombres de varios espacios topográficos icónicos de la ciudad, como lo son la Vía Maximiliano, el Teatro Lírica Imperial, Santa Esperanza, el Ángel Desencadenado, la Cúpula Revolucionaria y el Ahuehuete de la Noche Victoriosa.

En el Lírico Imperial, un público variopinto que incluye a un grupo similar al que hoy día asiste a la Ópera (así: con mayúscula), presencia una función del musical The Rocky Horror Show, “con arreglos orquestales”, lo que obviamente irrita a quienes han hecho de ir a la ópera una acción propia de un “gueto”.

El argumento de la novela se enriquece con un tema de fondo que es la lucha, literal, entre el gobierno y los miembros de un grupo que se opone a las reformas. Este grupo será el señalado como el agresor, ignorando el problema real, es decir el ataque zombi, por lo que será continuamente combatido con propaganda de los medios de comunicación y represión militar.

Éste es un gran ejemplo de las verdades alternativas, tan de moda hoy en día en Estados Unidos y tan usuales en nuestro país.

La descripción que Mercado hace de los artistas, los burócratas y sus lambiscones, y del público ya dentro de la sala del Teatro Lírica Imperial, es asombrosamente fiel a la realidad. Por supuesto, dentro de la irrealidad de la novela; esto me lleva a una pregunta: ¿cuál es la realidad real que postula y busca el autor? Porque sí: muchos de los personajes de la novela son caricaturas más o menos tristes de los reales.

Mercado entrevera los detalles de la función, muy divertidos y reales (en lo que yo entiendo por realidad), con el inicio del ataque zombi, o de la rebelión anti-reformas, según se le crea al narrador o a Dalila Velasco, la sexy, inteligente y ambiciosa periodista que encabeza el principal noticiario del país.

José Noé vuelve a mostrar su calidad narrativa al describir el desorden que puede provocar un ataque zombi a la hora de iniciar un vuelo al que se suben mexicanos en cualquier aeropuerto del mundo.

La experiencia del abordaje (literalmente abordaje no a partir de una fila, sino de una horda que no respeta el orden) a un vuelo con destino al Distrito Mexicano desde París, Tokio o cualquier otra ciudad extranjera, o viceversa, es similar a la que el autor narra. Es algo similar al ataque de un gran grupo de zombis.

La tercera temporada termina, cual debe de ser, en un impresionante cliffhanger, después de una batalla entre aviones, pilotos, zombis e imbéciles varios.


Mercado usa el lenguaje, los medios de comunicación y algunos gadgets modernos a los que los menores de cuarenta años están acostumbrados y con los que viven veinticuatro horas al día. Esto es una buena oportunidad para que los mayores de cuarenta nos interesemos en ello, pues nos ayudará a entender algo de la sociedad en que vivimos.



Los personajes principales son los hermanos Tommy y Edmundo Gatica y el primo Remi Lazcano, encabezados por el tío, experiodista de guerra Lautaro Simard, la periodista chilena Luciana Scaramelli, el heroico capitán de aviación Vicente Vicuña y el hijo frustrado y resentido de un escritor exitoso y rico, especie oficial que existe, aunque tiene muy pocos ejemplares.

Una pregunta que debemos hacernos y responder individualmente es: ¿qué son los zombis? ¿Muertos vivos? ¿Muerden como popularmente se dice que lo hacen los políticos mexicanos, o sólo muerden para permanecer muertos vivientes? ¿O necesitan morder para reproducirse?

El argumento, o al menos uno de los subplots, me permite ratificar mi creencia de que el gobierno mexicano es, además de mentiroso, inepto en la realidad y en la irrealidad.

Hay muchas frases cargadas de ironía, como una de la que me acuerdo: “el amor en los tiempos del apocalipsis es el camino más pronto a la perdición”.

Noé hace varios cortes a la sociedad mexicana: ¿la real o la irreal? Aunque, ¿será que la irrealidad es la realidad? No sé si al final la historia preludia una utopía o una distopía; pero es posible que sólo después de vivir algunas distopías, aparezcan utopías reales.

Noé usa sistemáticamente citas cinematográficas, por lo que sólo tengo que preguntarle una cosa: ¿cuál será el reparto de la serie cuando la veamos por la televisión?

Al menos me interesa saber quién interpretará el personaje que siempre está en el fondo de esta novela como un telón teatral u operístico: la presentadora de noticias Dalila Velasco, pues aunque su apellido nos remita a una discutible etapa de la televisión mexicana, confieso que me siento más atraído a una sexy comunicadora, que a los horribles y putrefactos muertos vivientes.

Termino asegurando que al leer Apocalipsis zombi se divertirán. Y pensarán. Pensarán mucho sobre el actual entorno político mexicano.


*Texto leído  por su autor el 13 de mayo de 2017, en Librerías Gandhi – Sucursal Mauricio Achar, durante la presentación de la novela Apocalipsis zombi de José Noé Mercado, publicada por Ediciones B México.


**Luis GutiérrezRuvalcaba (Guadalajara, 1949) estudió Física en la UNAM y Estudios Operísticos en Rose Bruford College de la Universidad de Manchester, Inglaterra. Ha trabajado la mayor parte de su vida en el sector privado. Hoy es un bloguero que escribe principalmente sobre ópera. Escribió Una visita a cuatro óperas de Mozart, libro que fue publicado por la UAM. Colabora también en el diario electrónico italiano L’Ape musicale y en la revista Pro Ópera.

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