Día de muertos. 2mil7 muere, se acaba, ya estamos en noviembre. Hoy, día 1, salió puntual la revista Pro Ópera nov-dic-07. Viene muy completa. Trae mucho para leer y consultar.
Escribí harto en ella. Mío se publica obituario de Pavarotti, entrevista con el tenor Ramón Vargas por sus 25 años de cantante profesional, entrevista con la mezzosoprano Encarnación Vázquez cuya trayectoria igual cumple un cuarto de siglo, crítica de Diálogos de Carmelitas en BA, reseña sobre la gala de celebración en BA por los 25 años como cantante de Ramón Vargas, columna Ópera en México (que incluye notas, reseñas y críticas como la del Moctezuma de Vivaldi en en Teatro de la Ciudad, voces complementarias como la de Lázaro Azar y su crítica de Turandot en el Auditorio Nacional, la de Luis Enrique Dávila sobre la mesa redonda Música visible, en que participé, y algo de México en el mundo), y nota sobre el XXV concurso Morelli.
Pero lo mío no es todo. No, no. Hay textos interesantes como uno de Ramón Vargas sobre Luciano Pavarotti, una entrevista con Jesús Suaste y por supuesto las clásicas e infaltables secciones con críticas e información de ópera local, nacional e internacional, además de la de Otras voces (esta vez con textos alternos de Il barbiere di Siviglia y Diálogos de Carmelitas en BA, la gala de aniversario de Ramón Vargas, obituarios sobre Pavarotti -Lázaro Azar, Raúl Díaz, Ingrid Haas, Johnny Teperman- y más). Y no acabo. Hay más -las fotos magníficas de Ana Lourdes Herrera en varias secciones de la publicación, por ejemplo-. Mucho más. Hay que verla:
http://www.proopera.org.mx/
UPDATED: Igual hay que revisar la sección de Cartas al editor. Todas las misivas se agradecen. Las que me aluden, a favor o en contra, más, desde luego. Y qué importante es un comentario que ahí aparece del editor, apoyando la libertad de expresión de sus colaboradores. En especial la de Lázaro Azar cuya critica sobre Diálogos, un lector hubiese querido ver cercenada.
CARTA AL EDITOR DE PRO ÓPERA.
ResponderEliminarArturo Soni Cassani escribe en las Cartas al Editor del último número de la revista PRO ÒPERA
que leo en su versión electrónica por su página Web es verdaderamente, por decir lo mínimo,
ejemplar. Un somero análisis de su cartita nos lo pinta e cuerpo entero.
Con un disminuido finto "Yo" mayestático comienza su misiva disimulando hipócritamente:
"Por lo menos yo..."
para luego incluir a "...los amigos con los que asistí..." que debemos imaginar muchos y cultos
por ser sus amigos y por nombrarlo su portavoz.
Su petición de OBJETIVIDAD al crítico lo hace perder la propia al adivinar
"... (el) odio por los directivos de CONACULTA y Bellas Artes..." de Lázaro Azar
despotrica airado y lleno de santa ira "es tal que con tal... (Sic) de que les vaya mal (Triple sic y recontrasic)
"...no le importa destruir el espectáculo que tanto amamos..."
Por lo que concluimos que es el crítico Azar el destructor de la ópera nacional "...que tanto amamos...".
Luego de sus cacofonías ripiosas y redundantes tan plausibles continúa enseñando al lobo con piel de oveja:
"La insinuación que hace en la última línea es indignante..."
¿Que insinuaciòn hace Làzaro Azar tan indignante?
¿Piensa acaso que todos los lectores de la revista leímos la mencionada crítica?
Esto escribiò Lázaro:
"...esta segunda producción importada del Teatro Colón, es la hora en que no encuentro cómo justificar este negocito que ha menguado cinco millones y medio de pesos del erario, que sumados a los seis dilapidados en Il barbiere padecido hace dos meses, hacen poco más de un milloncito de dólares que, de no ser por el riesgo de acabar como carmelitas de Compiègne, ya quisiéramos saber de a cómo y entre quienes fue repartido..."
Y así termina el indignado convertido en personaje de la revolución francesa en plena era del terror:
"Confío en que su prestigiada asociación
no permita que esta individuo
continúe publicando su columna ..."
Lo bueno es que el Editor de la "prestigiada" Revista PRO ÒPERA
el periodista (este sí prestigiado) Charles Henri Oppenheim lo pone en el lugar que se merece.
Si el hecho de pedir cuentas claras y transparentes en el ejercicio de los dineros públicos
hace pedir la cabeza de un colaborador ya nos imaginamos, mal pensados que somos, o solo
sospechamos quienes son los "AMIGOS" anónimos que encargaron al vociferante inquisidor
Arturo Soni Cassani desgarrarse las vestiduras con farisaica pose de amador de la ópera.
Pido al querido editor de la revista se sirva publicar mi respuesta en la revista ejerciendo mi
derecho de réplica al aludido remitente.
Manuel Yrízar.
myr