"No era consciente de que el resultado de su disfraz era mucho mejor de lo que hubiera hecho George; tampoco era consciente de que George era la creación de una mente que trabajaba a un nivel febril, enardecido, rayano en la estupidez. Durante años se había considerado un bobo, lo había aceptado como un aspecto más de su vida, como la hendidura de la frente. Pero algo seguía trabajando debajo de esa superficie chamuscada. Funcionaba con el instinto mortal de las cosas vivas (topos, gusanos, microbios) bajo la superficie de un prado excesivamente recalentado. Aquella era la parte que lo recordaba todo. Todo el daño, toda la crueldad, todo el mal que el mundo le había hecho".
Blaze
Stephen King
bajo el seudónimo
Richard Bachman
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