Miércoles 14 de abril de 2010
Vargas, el de arriba
x José Noé Mercado
1. La Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario fue reinaugurada este fin de semana con un concierto de gala encabezado por el tenor Ramón Vargas y la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM), bajo la batuta de su director artístico Alun Francis.
2. Inaugurada el 30 de diciembre de 1976, cerrada al público el 12 de diciembre de 2009 para recibir mantenimiento técnico y estético, la sala musical más relevante de nuestro país reabrió puertas 10 y 11 de abril con un programa, ante todo, de lucimiento.
3. La resequedad lírica de nuestro país y la abultada agenda de compromisos internacionales de un cantante de liga premiere, lo que le impide atender llamados sin la debida antelación –tan frecuentes en México-, hace que las presentaciones de Ramón Vargas en suelo azteca sean tan escasas y generadoras de expectativas que parecerían una real epifanía, con todo y barbados adoradores que se aceleran, si no a dar, al menos a expresar oro, incienso y mirra. Aunque hubo cero manifestación divina, lo cierto es que Vargas, esta vez, estuvo en esplendor.
4. Como ritual propiciatorio, la gala inició con La consagración de la casa de Beethoven. El domingo 11, el sonido orquestal corrió lustroso, como los pisos y las paredes de la Nezahualcóyotl. La acústica de la sala no se vio afectada por el remozamiento, pero sólo con el transcurrir de los conciertos se amoldará de nuevo.
En la primera parte del programa, Ramón Vargas interpretó tres arias: “Angelo casto e bel” de Il Duca D'Alba de Donizetti, “E la solita storia del pastore” de L'arlesiana de Cilea y “Quando le sere al placido” de Luisa Miller de Verdi.
Vargas mostró en su canto vigor y frescura a través de su timbre beige y, como el mismo dice, elegíaco. Reconocido belcantista, su fraseo fue melódico y preciso, efectistamente más expansivo hacia la segunda mitad de las piezas, pero libre de recargas temperamentales.
La OFUNAM, que entre números vocales también ofreció el Intermezzo de Manon Lescaut de Puccini y la obertura de Luisa Miller, hizo un trabajo decoroso, pero no del todo fusionado con la voz, ya que no es la ópera su especialidad y Francis enfrentó ligeros problemas para cuadrar la agrupación con los tiempos y respiraciones musicales del cantante.
Luego del intermedio, la orquesta tuvo sus mejores momentos con el Intermezzo de Atzimba de Castro, el estreno mundial de Canto a Nezahualcóyotl –obra de Horacio Uribe que gratamente evoca acentos y aromas sonoros de un México de postal que quizás ya se nos fue- y el Danzón No.2 de Márquez.
El tenor cantó el aria “Ah, la paterna mano” del Macbeth verdiano y pasó a las canciones Core 'ngrato de Cardillo y La danza de Rossini. Si bien Vargas tuvo que enfrentarse a un volumen algo elevado de la orquesta en las dos últimas piezas, logró mostrar su versatilidad estilística y la retención de las agilidades que de aclamado rossiniano le caracterizaron, lo que a su 49 años de edad comprueba la salud vocal que sólo un repertorio mayoritariamente bien elegido puede otorgar.
Huapango de Moncayo y Júrame de Grever se ofrecieron de propinas. Fiesta en las butacas. En el escenario también. Aplausos. Felicidad, o algo parecido.
5. La Sala Nezahualcóyotl está de vuelta en el panorama musical de México. En activo. Lista. Buena noticia para los melómanos.
La otra es que escuchamos al Ramón Vargas que conquista aquí y hoy con su voz y no con lo que de él se ha dicho en otros sitios. El Ramón Vargas apetecible, que no regatea su entrega y que como artista convoca emociones y conmueve. Preferible ese Vargas, el de arriba del escenario, al de arriba de una nube que le hace creer que “es una característica de algunos mexicanos, desafortunadamente, pegarle a quien ven arriba”. Arriba de qué, si la Tierra es redonda y los amagos de clasismo no caben en México. No en el que queremos vivir. Tan sencillo que es reconocer, con actuaciones tan buenas como ahora la suya, que a veces la crítica sí sirve para algo.
Reciba usted mis felicitaciones más sinceras, mi admirado amigo y colega.
ResponderEliminarCelebramos la reaparición del escritor y crítico José Noé Mercado en su oficio
ResponderEliminarde cronista siempre punzante y controvertido de nuestra vida musical ahora en
el periódico de circulación nacional e internacional "EL FINANCIERO".
Mercado será siempre Mercado escribiendo donde escriba.
Poseedor de un estilo personal, inteligente y profundo, el periodista siempre estudioso.
ahora mismo hace una maestría, potsgrado en periodismo político en la Escuela
Carlos Septién García donde tambien dicta cátedra. Todo menos un improvisado.
Ahora empieza una nueva etapa de su brillante carrera liberado ya del yugo que le
imponían los intereses de un grupo que ha confundido a veces el apoyo al arte lírico
con el solapamiento de las carencias y errores del más burdo oficialismo ñoño.
Aplaudimos a José Noé a quien en lo personal apreciamos y queremos desde hace
muchos años cuando apenas empezaba sus balbuceos como crítico y novelista.
jeje, estoy de acuerdo con yrizar, a quien aprovecho para saludar con afecto.
ResponderEliminarBravo!...Noé qué gusto leerte en El Financiero vía posteo. Ahora podemos checar además del T.C. eso, tu línea crítica, enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarSaludos.
Luis e Dávila García.
josef, manuelito, gabriel, luis enrique:
ResponderEliminarmil gracias por sus palabras.
siempre da gusto leerlas por buena onda.
un abrazo
Saludo con gran cariño y afecto a G. Páramo celebrando su mejoría: un abrazo: CORAGGIO¡
ResponderEliminarRecuerdo que, por lo menos en el lugar en el que estaba, extremo derecho, primer piso, la acustica era mala, la voz se atascaba y no corria como debia, en serio que era mala, el programa dedicó más a comentar las obras orquestales que la selección de ópera, pero en serio más...además que la mucho muy convencional selección fue decepcionante, ¿que no se aburren de que canten siempre lo mismo?...la consolación está en la tecnica. Aram
ResponderEliminarGreat post thankyouu
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