Una variable de esa reseña se publicó el 17 de junio en la página 11 del suplemento Ágora: Plaza Cultural del Diario de Colima. Aquí el link para su consulta.
En ambos casos se incluyeron fotografías de Lucía Vergara.
Acá abajo comparto la reseña. Eso.
Backstage
Por Alfredo Gabriel Páramo
Realmente, Backstage, la primera novela publicada de José Noé Mercado (México,
D.F., 1977), es una obra que me produce una terrible, irrefrenable, envidia. Y
nada de “envidia de la buena”, eso no existe; se trata de envidia pura y
simple.
Backstage es un libro muy bien escrito, pero sobre todo, una aventura por las
entrañas de una parte del alma mexicana de la que casi no se habla, del
chilango de clase media y, sobre todo, culto.
Además, desde un punto de vista totalmente personal,
para mí resulta más que entrañable, me recuerda tantas anécdotas familiares en
torno a quienes vistan Bellas Artes y otros centros artísticos, con sus manías
y su seudo cultura. A Fausto Menéndez-Lecona, el protagonista, le tocan las
burlas y el “eso no se hace” de gente que va a las funciones para lucirse,
porque está bien, porque así se debe, sin que en realidad les guste el arte, lo
conozcan o, siquiera, les importe.
El periodista convertido en escritor (y aquí
otro de los temas importantes de la novela: ¿acaso no todo periodista es
-debiera ser- un escritor?), juega con su PSP y soporta cuchicheos en su
contra, como seguramente le ha ocurrido a muchas personas; también, muestra la
forma en que los supuestos conocedores alejan a quienes tratan de entrar a un
mundo al que convierten en el festival de lo cursi y lo absurdo, alejado de la
belleza y la fuerza que en realidad posee.
También leemos, cómo no, explicaciones
absurdas, pero lucidoras, de quienes gustan lucirse por haber pagado boletos
carísimos, pero que su conocimiento musical en realidad es muy limitado y
muchas veces no supera el nivel de “las cien mejores arias de ópera” que pueden
comprarse en cualquier vagón del metro capitalino.
Backstage utiliza un lenguaje extraordinariamente claro, cercano, con palabras
en inglés cuando la gente las utiliza. Please,
sorry, drink, no problem, freak, nick, cool, sin buscar traducciones
forzadas y tontas; del mismo modo, se sumerge en la cultura pop y la rescata
con el recuerdo de las cangreburgers y, por supuesto, la aparición de Bob
Esponja, o cuando Fausto come hamburguesas en Burger King -aunque yo le neceo a
José Noé Mercado que me parece que está describiendo un McDonalds- , de la
canción dedicada a Maradona o de Juan Gabriel.
También, a pesar del formato tradicional de
novela y de libro impreso, la obra de Mercado desarrolla innovaciones como la
lectura de correos electrónicos empezando por el más reciente —algo que ha
desconcertado a más de uno— pero que cualquiera que haga uso frecuente de su
mail encontrará lógico.
Asimismo, ofrece una opción muy cercana de la
interactividad, con el uso de signos e íconos, en la redacción de reseñas donde
se hace una valoración cruel pero justa, de la obra que está presentando, y que
en el ámbito cultural mexicano causan molestia, pues nos hemos acostumbrado a
elogiar –o maldecir- no según la calidad de la obra, sino de si somos amigos,
conocidos, enemigos o clientes de quien la monta o aparece en ella.
Seguramente la novela va a molestar a algunas
personas pues critica el ambiente cultural que priva en nuestro país, la
mediocridad en la que estamos inversos y la forma en que se desperdician recursos y talentos; no
obstante, es una crítica alegre, desenfadada, lejos de amarguras y, sobre todo,
lejos de poses; además, es una crítica que se forja con la creación propia que
se expone al escrutinio público.
Pero tampoco se trata de una novela fácil
basada en mero contenido biográfico, sino de una construcción de personajes
basados -¿acaso podría ser de otra forma?- en la experiencia y el conocimiento,
pero que viven sus propias vidas en las que solamente sirven a los intereses
del autor, como todo personaje bien construido.
Sin embargo, tal vez lo más importante de Backstage sea la defensa que hace, sin
discursos, pero con el ejemplo, de la necesidad, de la urgencia, de una cultura
nueva, de salir de lo tradicional, de lo manido, de lo fácil, para empezar a
crear, a representar y a disfrutar lo nuevo, lo diferente, lo raro.
José Noé Mercado, ex alumno de licenciatura y
maestría de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, es un escritor al
que hay que seguir muy de cerca y quien no lea Backstage se estará perdiendo de verdadera literatura.
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