Wednesday, September 05, 2007

UPDATED: Pavarotti ha muerto: RIP

UPDATED: Luciano Pavarotti ha muerto, esta noche: 5 de septiembre de 2mil 7, tiempo de la ciudad de México. Pavarotti murió en su casa tras luchar duramente contra el cáncer de páncreas, confirmó su representante Terri Robson.

Se va Pavarotti, un ícono de la cultura occidental de la segunda mitad del siglo 20, y algo de nosotros, quienes lo vimos y escuchamos -y quién no lo vio y escuchó en alguna parte, a través de algún medio-, se va también. Algo ha muerto en mí igual.

Qué tristeza.

Reposteo, en su memoria, este post de octubre de 2mil6, que celebraba su cumpleaños 71 y que contiene la entrevista que pude hacerle en 2mil2.

RIP

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El célebre Luciano Pavarotti cumplió 71 años de edad en esta semana. El 12 de octubre. Sería redundante hablar sobre quién es Pavarotti y lo que ha hecho dentro y fuera de la ópera, pues todos lo sebemos, o deberíamos saberlo. X eso mejor decidí postear la plática con Big-Pava que originalmente publiqué en la revista Pro Ópera, uf, hace ya tres años.

Pavarotti estuvo en Guadalajara, en noviembre de 2002, a propósito de una de sus tantas giras de despedida. Ahí le hicieron entrega de las Llaves de la Ciudad y además platicó con algunos medios de comunicación. Ahí estuve. Pava x estos días se recúpera, ojalá, de una operación de páncreas. Estaba igual malo de la cadera. Así es la vida, no más.

Posteo, pues, aquel diálogo, brincándome, desde luego, la introducción original, que ya no viene al caso.

Luciano Pavarotti

"El belcanto es como un automóvil antiguo"

Por José Noé Mercado

—¿Cómo se ha sentido al llegar a Guadalajara y percibir su ambiente?

—Me siento bien. Ésta es una experiencia nueva, aunque no del todo porque yo conozco muy bien el mariachi. Es muy conocido en todo el mundo y he tenido la oportunidad de cantar con ellos. Por otra parte, el cariño que he recibido de esta gente cuando llegué es tan grande, que me ha conmovido mucho. Espero que el concierto que ofreceré al público sea digno de esta maravillosa ciudad y de sus habitantes.

—Sabemos de la amplitud del repertorio que ha abordado a lo largo de su carrera. ¿Considera que alguna vez abordó algún rol que pudiera afectar su voz?

—Yo debuté a los 26 años de edad. Canté siempre lírico, hasta que no llegué a los 35. Después he cantado un lírico más demandante como Un ballo in maschera. No creo que haya afectado nunca mi voz. Turandot, que es una ópera que podría haberme sido dañina vocalmente, la he hecho pocas veces. Otello lo abordé sólo una vez en concierto. Creo que siempre he cantado en el repertorio justo.

—Usted se ha convertido en una auténtica leyenda viviente, pero ¿el hombre está al nivel del artista o ha sido rebasado?

—Yo creo que si el cantante, como todas las personas que se destacan en cualquier otra actividad, logra alcanzar un gran nivel en su carrera, necesita que su personalidad se desarrolle paralelamente. Si esto no ocurre, en realidad no se llega nunca a ser grande en nada.

—¿Le falta algo en su brillante trayectoria?

—Sí y no. Casi siempre se aprenden cosas nuevas, pero yo ya no puedo aprender porque he hecho prácticamente todo lo que hay para un tenor con mi tipo de voz. Sin embargo, cada noche es distinta y toda función en vivo es hermosa. Por eso sigo cantando.

—¿Qué le gustaría que se dijera de usted dentro de 100 años?

—Creo que me gustaría ser recordado como un cantante muy serio y profesional. Con una voz muy propia; muy personal. Como ser humano, simplemente quisiera que se me recuerde como un hombre muy honesto.

—¿Qué futuro tiene la ópera? ¿La música comercial la convertirá en una pieza de museo?

—No lo creo. El belcanto es como un automóvil antiguo. No cambia. No debe cambiar. Al inicio de mi carrera escuché decir que el teatro lírico estaba muerto. Como pueden ver, la ópera todavía está aquí y estará por muchos años. Creo que será para siempre, porque es una cosa artística y éstas siempre ganan en valor. Sobre los cantantes nuevos quiero decir que hay muchos que son muy buenos y preparados. Sólo el tiempo dirá cuál será la meta a la que lleguen.

El sentimiento de la ópera es también un coche antiguo, pero pienso que nunca estará dentro de un museo. La lírica estará viva porque reúne lo que todos sentimos: amor, odio, celos, pasión. Estos sentimientos comenzaron con Adán y Eva y todavía están entre nosotros. Mientras vivamos así será.

—¿A qué se dedicará cuando se retire?

—Me gusta mucho el presente. No me gusta programar mi vida para un año tras otro. Aunque por el momento tengo la agenda completamente llena, ¿qué haré cuando no cante más...? Creo que buscaré enseñar a cantar. Como sabe, yo soy maestro elemental y la docencia la llevo en la sangre.

—¿Con qué sueña Pavarotti?

—¡Pavarotti sueña todas las noches con volverse más flaco!

—Usted ha estado cercano a la muerte y vivió la guerra de cerca. ¿Cómo afectaron su vida estos hechos?

—Haber tenido estas experiencias desde niño, me ha hecho pensar mucho en la vida. Como puede ver, yo amo la vida y me gusta trabajar para la gente. Me complace hacer actos benéficos, porque creo que es casi un deber para una persona que, como yo, lo ha tenido todo en la vida. Cuando me encontré a la muerte, tenía yo doce años. Nos volvimos amigos y le he pedido que venga a buscarme muy, pero muy tarde.

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