Monday, October 01, 2012

La novela Backstage en Cultura y Arte de México


Aquí una entrevista que me realizó Uriel Rodríguez hace un par de meses sobre mi novela Backstage. Y defínitivamente: Fausto le debe más a Capcom, que a su familia. Está más agradecido con Konami, que con muchos de sus amigos que lo han traicionado. Gracias a Uriel por haber captado-publicado ese sentir de Fausto, a partir de nuestra conversación. :)


Agosto de 2012
Por Uriel Rodríguez M.

Crítico musical con más de una década de experiencia, José Noé Mercado ha publicado su primera novela, Backstage, bajo el sello Tierra Adentro de Conaculta, una obra ácida que muestra el lado burdo del mundo de la ópera mexicana 

El Fausto de Backstage parece no tener ninguna relación con el “Fausto” clásico.

Fausto es un personaje literario, mítico y operístico que simboliza el vano intento de conocer y adquirir el conocimiento del mundo. Al final te das cuenta de que ese intento no sirvió de nada porque desperdiciaste –hasta cierto punto– tu vida tratando de adquirir lo que al final de cuentas no te va a servir de mucho. Fausto me sirvió para simbolizar eso de nuestra época. En el fondo hay mucho de banalidad. 

¿Cómo es que tienes esta perspectiva tan desolada de la apreciación de arte?

Quería ubicar mi novela en la época contemporánea, en lo que suele llamarse posmodernismo o modernismo líquido, por eso recurro al cuestionamiento, a la incertidumbre, pues es clave, ya que hay incertidumbre de los grandes conceptos, y uno de ellos es el arte, el arte que durante muchos siglos fue visto, no sólo como una manera acabada de expresión cultural, sino como un mito que lograba darle consuelo existencial al ser humano. Por eso usé el ámbito operístico, considerando que durante casi 400 años fue el género artístico por excelencia de la cultura occidental. 

¿No consideras como una condición humana esta superficialidad sino como una consecuencia del tiempo?

Al revisar la historia de la ópera, de la literatura, se ve que la gente tenía más tiempo. Cuando te encuentras con una ópera que duraba seis horas quiere decir que la manera de concebirte dentro del universo era distinta, con la sociedad, con la familia. Ahora vivimos en una época de estrés, de constante movilidad, en donde es muy difícil permanecer, lo que sí tiene que ver con ese condicionamiento que te da la época. 

En Backstage hay un periodista lleno de frustraciones, rémora de un grupo de artistas endiosados en sus propias limitaciones, ¿a este tipo de existencias te refieres al invocar al modernismo líquido?

Claro. Al momento que tiramos los ídolos, en el momento que los cuestionamos, que los criticamos, nos damos cuenta también de que tienen una buena porción de barro. Esa era la idea de Backstage: cómo explorar, probar si eso que a veces vemos en el lado público tiene relación con la parte no visible. En ese sentido, Fausto puede ser un reportero frustrado y con muchas debilidades éticas, pero la ironía es que los demás están peor. 

Me llamó la atención que transcribiste correos electrónicos y que Fausto use un Play Station Portátil, ¿son elementos que usas para darle un contexto de actualidad?

Son elementos que muestran que Fausto pertenece a una generación a la que también ese tipo de manifestaciones culturales le interesan. Fausto dice –y yo estaría de acuerdo con él– que los videojuegos también son una forma de arte, capaces de crear mundos dignos de explorar desde el punto de vista estético. El PSP es un símbolo de esa apertura cultural que tiene Fausto; la cultura no sólo está en los teatros, en los libros, sino también en aquello que en algún momento se satanizó como un enervante. 

Hay una generación cuya primera primera pieza clásica que escuchó fue el inicio de Halo

Mucha gente se sorprendía agradablemente con la música de entrada de Pro Evolution Soccer 2011, que no es otra cosa más que el “Dies Irae” del Requiem de Verdi. El problema del arte o de la cultura es que se quiera poner en vitrinas y que se trate de hablar de ellas como artes cifrados o códigos que necesitas desarrollar con mucha maestría. Creo que Fausto le debe más a Capcom que a su familia. En ese sentido estaría más agradecido con Konami que con muchos de sus amigos que lo han traicionado. 

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