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lunes, marzo 17, 2008

Californication, Dexter: los devedé


Definitivamente la manera de ver televisión ha cambiado. Por fortuna, diría yo. Y lo que se ve también cambia, por consecuencia. Por necesidad. El televidente ya no está siempre sometido a lo que las cadenas programan. Los sistemas de cable o antena de paga, los devedé, el internet, los servidores de video, étc, multiplican las opciones, los gustos, las apetencias.

Ahora lo que se ve es a la carta. O puede serlo. Más que nunca.

Y casi todo, o todo, se puede encontrar, adquirir, para ser visto cuando uno lo programe. Es el caso de las teleseries, formato que ciertamente está de moda. Una moda que, por cierto, ya lleva varios años y, de seguro, seguirá por mucho, mucho, tiempo más.

De Los intocables o La mujer biónica a Capadocia, de Viaje a las estrellas o Viaje al fondo del mar a Vecinos, de Salvados por la campana o La isla de Gilligan a Almas perdidas, de El auto increíble o Cuéntame cómo pasó a Dexter, de Beverly Hills 90210 o Los años maravillosos a Californication: todo está disponible, al alcance de la mano.



Precisamente me obsequiaron Californication. Ya había visto algo en tele y por Internet. Ya tenía el gusto de conocer a Hank Moody, un escritor que alguna vez escribió y ahora dispersa su tiempo y vida en enredos, en ligues, en fornicaciones, en buscar sus propios libros en las librerías para re-auto-leerse, en auto-googlearse, en no terminar desenchufado de su familia, o ex- familia, en redirigir su existencia.

Me simpatiza Hank Moody. Porque, de alguna manera, es un escritor que simplemente es como es. No como algunos escritores poseros hacen creer -o pretenden- que debería ser un escritor.

Ahora tengo Californication en devedé. La veré completa, de corrido. De hecho, ya la estoy viendo. Una serie que debe verse.


También, para estos días próximos de Semana Santa, me regalaron la segunda temporada de Dexter.

Dexter Morgan, igual que Hank Moody, es de Showtime. Igual tengo la primera temporada en devedé. Y había visto algunos capítulos de la segunda por Internet. Pero no hay como ya tener todo en la devedeteca para programar el momento en que será visto.

Y, sí, eso hago: ver las andanzas de este singular forense de la Policía de Miami. Un freak. Solitario rodeado de gente. Insensible al exterior, pero sensible, hiper quízás, por dentro. Un tipo, sin duda, de nuestro tiempo.

Nuestro tiempo. Tiempo que hace falta para ver todo lo que se puede ver. Todo lo que se puede leer. O escribir. O hacer. O, si no todo lo que se puede, al menos lo que se debe. O debería. O devedería, en este caso.

3 comentarios:

  1. Anónimo10:36

    Californication es una serie muy interesante, que yo gustoso te robaría para poderla ver en mi fortaleza de la soledad (que, a diferencia del de supermán, el mío es caluroso).

    Otras series que a mí me gustan son Dr. House (aunque no he visto nada de la nueva temporada), con su mal humor, misantropía y escepticismo, y Numb3rs, una oda al ñoño que algunos llevamos dentro.

    Espero que estés disfrutando tus vacaciones en alguna playa paradisiaca (si no es natural, al menos que sea virtual, y no pirata, como las de Ebrard).

    Saludos

    Páramo

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  2. Dios mio, vaya que es cierto.

    Ahora cuando como, busco desesperado poner algun dvd de las series que tengo (dilbert, arrested development, dave chappele...) y es que eso de andar comiendo con la derecha mientras zappeas con la izquierda en busca de algo mejor que hechos meridiano, pues si puede llegar a frustrarte.

    Espero ahorrar para este fin de año atascarme de lost 3 y 4, desperate housewives y capadocia.

    y no sé qué hacer frente a la tentación de comprarlas piratas. (algo a lo que casi nunca he sucumbido)

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  3. Gracias por sus comentarios.

    Páramo: Con gusto luego puedo prestarte Californication. Mal humor, misantropía y escepticismo son ingredientes muy atractivos, al menos en personajes. ¿Será que las series son como lo que fue el teatro, la ópera y la literatura en otros siglos? Y no, no ando en ninguna playa, no soy playero, así que Ebrard no me seduce ni así. Mi vacación ideal por el momento sería un paseo por los Cárpatos, con mucha niebla humedad y frío. Pero como de mientras no iré, me quedó en DeEfe, escribiendo pendientes. Y viendo teleseries. Y leyendo. Y posteando...

    Fernando: sí, comer algo mientras zappeas y no encuentras nada es una imagen muy contemporánea, muy posmo. Lo de la piratería sigue siendo un dilema. Obvio, no la fomento. Tiene muchas consecuencias negativas. Pero a veces, cuando no hay forma de conseguir lo que se quiere: por costo o porque simplemente no lo hay -y en México pasa seguido-, ya se ha visto que uno siempre recurre a comprar donde se pueda, pirata o no. Ahora bien, lo que de verdad nos interesa, como que siempre queremos tenerlo en original. Ahí sí despreciamos lo pirata. A mí me pasa eso. Aunque implique encargar lo que se desea por Internet y el costo no sea nada amigable.

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