Thursday, October 11, 2007

Diálogos de Carmelitas en Bellas Artes

Foto: INBA


Posteo mi crítica de Diálogos de Carmelitas, producción del Colón de Buenos Aires presentada en BA. En realidad, poco tuve qué decir de una puesta en escena bien montada en general, que sin embargo no representa, a mi juicio, trascendencia alguna en la actividad operística de México, cada vez más estreñida y caracterizada porque ciertos funcionarios públicos de la CNO encargados de producirla se revisten de intolerancia crítica a la crítica.

En lo personal, pienso que la única manera válida, prestigiosa y contundente de acallar a la crítica, de donde ésta surja: de los medios de comunicación, del seno artístico, de dentro de las mismas instituciones, es realizando un trabajo que brinde resultados positivos incuestionables. O al menos intentándolo, con transparencia. Otras formas sólo demuestran la incapacidad de las autoridades aludidas para enfrentar sus encomiendas, subrayada precisamente por esa apetencia de silenciar las voces críticas en quienes, quizá, encuentran un espejo.


Diálogos de Carmelitas
en Bellas Artes
Por José Noé Mercado


Los pasados 2, 4, 6 y 9 de septiembre se presentaron funciones de Diálogos de Carmelitas de Francis Poulenc en el Teatro del Palacio de Bellas Artes. Como resulta difuso entender el crédito de si las presentó la Compañía Nacional de Ópera o el Teatro Colón de Buenos Aires, evitemos puntualizar en ello.

La dirección escénica de Marcelo Lombardero fue bastante lograda, con un desenvolvimiento de la trama bien planteado. Su trazo tuvo claridad e intención dramática en todo instante. La iluminación de Roberto Traferri contribuyó para dar relieve a los doce cuadros, que conforman los tres actos de esta obra estrenada en La Scala de Milán, en 1957.

Lástima que todo el tiempo viéramos la acción —y al decir la acción, entenderemos que en cuanto a la escenografía de Diego Siliano hay poco qué decir fuera de algunas paredes y dos o tres cacharros, en ciertos casos simbólicos—, a través de una gasa, que si bien sirvió como pantalla para mostrar algunas proyecciones que sugirieron atmósferas y contextos al comienzo de cada cuadro, asimismo hizo pesada la mira del espectador sobre el escenario.

Lo cual en muchos momentos resultó tedioso, pues esta obra, al margen de su belleza musical y su notable construcción armónica, no es justamente ejemplo de aquello que prenda la atención constante del público. ¿O cómo explicar los durmientes que de nuevo se encontraron entre la mediana asistencia de público a Bellas Artes? Claro que otros sectores salieron fascinados de la ópera. Pero no todos, puesto que unos siguieron sin encontrar algo en la trama de qué agarrarse, una historia pasional, cercana, propia, que los atrapara, crítica que ha acarreado esta obra a lo largo de su historia.

En la parte vocal masculina, debemos destacar la participación del tenor Dante Alcalá como el Caballero de la Force y del barítono Jorge Lagunes, como su padre, el Marqués de la Force, sin perder de vista que este tipo de papeles no son los que más aportarán a sus respectivas carreras. Lo mismo puede decirse de una serie de artistas comprimarios indistinguibles, entre la muchedumbre, que deambulaban por el escenario.

Entre las damas, Amelia Sierra como Madame Lidoine mostró las posibilidades contundentes de su instrumento; Patricia González como Blanche, Vera Cirkovich como Madame de Croissy y Adriana Mastrángelo como María de la Encarnación, lograron una muy buena interpretación, sobre todo en las partes dramáticas, aun con el pero de que por momentos llegaron a cierta estridencia innecesaria.

El vestuario de Luciana Gutman funcionó en su diseño, si bien algunas carmelitas que asistieron a una de las funciones advirtieron que los colores en los hábitos no coincidían con los verdaderos que ellas usan. Quizá fue una licencia para efectos escénicos y lumínicos. En realidad, nada grave.

Por lo que se refiere a la parte musical, Stefano Lano ofreció una extraordinaria interpretación al frente de la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, este último preparado por Pablo Varela. Lano extrajo sutilezas, brindó equilibrio y, por mucho, dejó una impresión superior de la que mostró con la Orquesta del Teatro Colón en su debut en la Turandot del Auditorio Nacional, en días pasados.

En resumen, puede ponerse una estrella a esta producción importada de Buenos Aires, Argentina, pero a la Compañía Nacional de Ópera, al menos en su nulidad de producción propia que genera malos aires para el quehacer lírico nacional, tendríamos que darle, en palabras célebres de Chabelo, “una espantosa X”.

1 comment:

  1. Anonymous12:09 PM

    Muy preocupado me deja la nota introductoria del crìtico de la revista Pro Òpera Josè Noé Mercado
    por la menciòn que hace de una palabra que me ha tocado sufrir en carne propia: intolerancia a la crítica. Es verdaderamente preocupante por decir lo mínimo. Muy claro lo dice el autor: la única manera de contradecir opiniones negativas es demostrarlo con trabajo. No con amenazas. No con caprichosos berrrinches que solo piden el apalauso y la genuflexiòn aún a la modorra, a la incapacidad, al despilfarro, a la falta de propuestas imaginativas. No es reclamando al que dice lo que vio mal que lo negativo se tornara positivo. No es con actitudes fariseas y cobardes, desgarramiento de vestiduras, apariencias de martirologò de autoridades incomprendidas como se ganarán el aplauso de las voces críticas. Quienes hemos señalado el estado lamentable y crítico, de absoluta decadencia de un género tan gustado en México, señalando el abandono de las responsabilidades estatales por aquello que los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos no podemos ser acallados por esas amenazas intimidatorias. Como dueños del poder represivo tienen solo la ventaja de la fuerza coercitiva. Amedrentarnos y asustarnos con represalias pueden lograrlo una vez y con uno pero no con todos y siempre. Nos solidarizamos con Mercado, escritor lúcido y cabal, y reprobamos energicamente a los intolerantes funcionarios culturales que solo con hechos podrán demostrar que realmente cumplen con sus obligaciones. Hasta ahora no hemos visto ningun resultado.

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